Diario de Sevilla

Nianzou Malo, es mejor delantero que defensa...

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sario de Montiel, un balón al centro del campo de Bono, muy lejos de lo que quiere Mendilibar en esas situacione­s, un pésimo control de Rakitic, como es habitual, y también la incapacida­d para defender los balones profundos por el centro. Jadon Sancho se quedó absolutame­nte solito, pero afortunada­mente esta vez no estaba Acuña para romper el fuera de juego, como sí sucedió en los dos goles posteriore­s, y el Sevilla se libró de arrancar el partido por debajo en el marcador.

Daba igual, la penosa organizaci­ón defensiva con sólo dos centrales estaba claro que iba a ser letal con el paso de los minutos. Defender con tres atrás puede quitar otras cosas, pero al menos coloca seis piernas en lugar de cuatro para poder despejar los balones que los rivales meten por abajo. Porque con dos, con Nianzou y Marcao en este caso, aunque salvo Badé es igual con todos los demás, aquello es lo que el diccionari­o andaluz define a la perfección como un coladero. No fue extraño que Sabitzer supiera interpreta­rlo a la perfección entrando desde la segunda línea, como ya lo hiciera Memphis Depay en el Metropolit­ano, Luis Suárez, en el Sevilla-Almería, o casi todos los delanteros con astucia. Y después de una buena parada de Bono a Antony llegaba el primero del austriaco. Eso sí, en esa ocasión sí existe un eximente pues el balón toca en Marcao y se envenena absolutame­nte para Bono.

SIN DEFENSAS

El Sevilla trató de reaccionar, al menos en apariencia, pero ya era un boxeador noqueado por ese primer golpe y estaba dispuesto a enseñar todas sus carencias en Old Trafford. No tardó en agudizar el dolor el Manchester United. Un balón que no ataca de forma grosera Nianzou tras un ataque sevillista, lo deja botar y Martial lanza el contragolp­e para culminarlo con un pase a las espaldas sobre la llegada de Sabitzer. Acuña, como en el primer gol, rompe el fuera de juego y el austriaco no lo puede tener más fácil para anotar el dos a cero. Después llegaría la concesión de un tiro a Casemiro (34’) en el interior del área sin que nadie le respirara a su alrededor.

Veinte minutos y el Sevilla estaba haciendo, literalmen­te, el ridículo en Old Trafford. Con el equipo confeccion­ado sin ningún delantero puro, al contrario de lo que pregona Mendilibar en sus gustos balompédic­os; con Gudelj, es un decir, apoyando a Fernando en el medio; con Óliver Torres otra vez como un cero a la izquierda; con Rakitic a un paso de tortuga desesperan­te y con el lanzamient­o de un par de faltas al final del primer periodo con decisiones para que el suizo piense bien qué opción eligió; con Lamela de referencia arriba en su fútbol de mentira... Sólo Ocampos aparentaba la mínima tensión competitiv­a, pero tampoco eso servía para mucho.

Sin embargo, el fútbol es caprichoso y De Gea tuvo que salvar el dos a uno en un poderoso cabezazo de Nianzou en el tiempo de prolongaci­ón. Pero el portero del United está para algo y repelió el testarazo para que el Sevilla se fuera al interior del vestuario rumiando todas sus debilidade­s. Mendilibar optó por meter a Jesús Navas por Óliver Torres para, al menos, jugar once contra once, aunque eso mismo se podría decir de varios más, que conste.

LA REACCIÓN

Y todo cambió desde entonces. El Sevilla fue dando pasos adelante, aunque pudo encajar el 30 en una brillante acción de Antony que se fue justo a la escuadra de la portería de Bono (61’). Se había sobrepasad­o una hora de partido y desde entonces empezaron los cambios. Erik Ten Hag, que está en su derecho, debió verlo todo resuelto y decidió sacar a Bruno Fernandes y a Martial del campo y, lo que es peor, le transmitió a los suyos que aquello ya era un camino de rosas. Pero se olvidó de que la condición de hexacampeó­n del Sevilla en esta Europa League se basa en la resilienci­a, en saber aguantar empellones de mucha más fuerza incluso.

Sin la rémora de Nianzou y con la aportación principalí­sima también de Suso, Jesús Navas comenzó a originar ciertos peligros por la derecha y encima En-Nesyri era capaz de meterle el miedo en el cuerpo a los ingleses con sus remates. El Sevilla jugó ya mucho más cerca de De Gea y halló el premio gordo en un par de rebotes, aunque es justo reconocer que lo había buscado. La jugada del 2-1 viene de un ataque de banda a banda y Jesús Navas tiene la fe suficiente para buscar un balón perdido. Malacia se encargó de convertir en el mejor goleador posible.

Encima se había lesionado de gravedad Lisandro con todos los cambios hechos en los suyos y el cuadro nervionens­e olió la sangre del adversario. De Gea le hizo un paradón a En-Nesyri en un cabezazo picado que parecía el 2-2 (91’), pero lo que no pudo evitar fue balón que rebotó en la cabeza de Maguire para convertirs­e en un remate imposible. ¿Goles en propia puerta? Sí y no, goles del Sevilla Fútbol Club registrado­s como tales en el acta por el caserísimo Felix Zwaye, goles del actor principalí­simo en el Teatro de los Sueños, que para eso es el hexacampeó­n de la competició­n, llámese Copa de la UEFA o Liga Europa.

Nueva noche para olvidar para el joven defensa central francés que llegara como la apuesta principalí­sima de Monchi procedente del Bayern Múnich. No es cuestión de dudar de su futuro, pues es muy joven, pero sí de su presente. Su error en el 2-0 fue horrible, también otros y hasta ahora sí es mejor en ataque, pues rozó el 2-1.

 ?? ADAM VAUGHAN / EFE ?? En-Nesyri salta muy alto para cazar el balón que después introducir­ía en su portería Maguire.
ADAM VAUGHAN / EFE En-Nesyri salta muy alto para cazar el balón que después introducir­ía en su portería Maguire.

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