Teresa Ribera asegura que las distribuidoras europeas vigilan la producción fresera
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, mostró ayer su preocupación por Doñana, “un problema” que “está siendo vigilado de cerca” por terceros países” en Europa y por las cadenas de distribución, en relación a las fresas, el agua y en definitiva, la agricultura en España.
“De hecho, vengo de estar en una reunión ahora con la delegación de todos los representantes parlamentarios en el Parlamento de Austria y me han planteado abiertamente el tema que ocurre con Doñana”, afirmó ayer la ministra, quien visitó recientemente esta reserva natural en Andalucía.
“Ha habido muchas presiones históricas en Doñana sobre el riego de zonas circundantes”, y el éxito que ha tenido desde el punto de vista de las exportaciones “se puede ir al garete si dejamos que todo valga”, alertó la ministra.
Es “muy triste” haber tenido que llegar a una condena para tomar conciencia de que no se pueden incrementar las presiones, hay que rebajarlas, y cree que tienen un marco de actuaciones que les permite “tener éxito en esta operación”.
“No se explica el parámetro de todo vale”, dijo, ni decir: “como durante mucho tiempo no se ha hecho todo lo que se debía, ahora puedo hacer lo que me dé la gana”.
Año tras año, prosiguió, Doñana “va perdiendo masa de agua y esto responde al régimen de lluvias, pero también a las presiones” que se mantienen, e hizo hincapié en que “lo último que necesita el parque es incrementar amenazas, riesgos e hipotecas”.
De cara a la viabilidad del ecosistema, es “prácticamente imposible que pueda haber más usos en esta zona”, aseveró Ribera, para quien Doñana no es un sitio cualquiera, está en el “centro de la atención” de prácticamente todos los observadores internacionales de aves, de aguas y de ecosistemas.