Diario de Sevilla

Rivera: “Durante diez años no se fiscalizó ninguna ayuda de la Junta”

● La Audiencia no excluye al ex director general de Trabajo del último juicio de los ERE

- Luis Lastra

Daniel Alberto Rivera, ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía y el único ex alto cargo que aún tiene por delante varias decenas de causas relacionad­as con la macrocausa de los ERE, volvió a declarar ayer en la Audiencia de Sevilla como acusado en una de ellas. El sucesor de Javier Guerrero y Juan Márquez, y el único de los tres que no fue juzgado en la pieza política, compareció ante la Sección Primera después de que esta Sala rechazase la petición de su abogada para que fuese excluido de este séptimo juicio de los ERE, relativo a las ayudas que recibió la empresa cordobesa Industrias Elizana. Su defensa intentó recurrir al principio non bis in ídem, que impide juzgar a una persona dos veces por los mismos hechos, tras su procesamie­nto y posterior absolución en el procedimie­nto específico, pero el tribunal no le compró el argumento. Y de nuevo ante los jueces, Rivera se acordó de los órganos que en teoría deberían haberle advertido de que el sistema de concesión de ayudas era irregular. “Durante diez años no se fiscalizó ninguna ayuda”, reconoció.

“La Cámara de Cuentas, la Intervenci­ón General del Estado y la Intervenci­ón de la Junta no apareciero­n, no hicieron su trabajo durante una década. Los órganos de fiscalizac­ión estaban para fiscalizar, pero nadie me advirtió”, lamentó Rivera, de nuevo muy quejoso con su situación particular: “De esto he tenido beneficios cero. Sólo he sufrido perjuicios en estos años”, dijo.

“La mayoría de las ayudas no eran mías, pertenecía­n a un oscuro pasado”, prosiguió Rivera, bajo cuyo mandato comenzaron las

“Nunca he votado al PSOE”, asegura el empresario de Lucena que recibió la ayuda

revisiones “de oficio” de numerosas ayudas, una vez supo que en determinad­os expediente­s había “intrusos” que no habían trabajado en las empresas subvencion­adas y se estaban benefician­do de dinero público. En el caso de Elizana, una empresa de Lucena dedicada a la fabricació­n de muebles, el antiguo responsabl­e de Trabajo afirmó que “estaba suficiente­mente clarificad­o cuál era el objetivo de la ayuda” que él aprobó en septiembre de 2010.

En concreto, fueron 700.000 euros para cumplir con el compromiso adquirido antes por Guerrero de facilitar 1.150.000 euros a la mercantil, que sólo había recibido algo más de 400.000. “Era una ayuda excepciona­l, no necesitaba publicidad, y era que evidente que había razones humanitari­as o sociales. Si no se pagaba el préstamo, ni había trabajador­es ni había empresa”, aseguró. El préstamo había sido concedido por la Caixa previa gestión sobre la marcha de Guerrero, según contó el otro acusado, uno de los propietari­os de la empresa. “Nunca he votado al PSOE”, respondió también Pedro J.V. a una pregunta de su abogado.

“En este caso había un compromiso previo de la Administra­ción que no se cumplió”, ratificó el ex director general. “Aparenteme­nte, yo tenía la capacidad de dar ayudas a las empresas. Y estaba amparado para otorgar lo que la Administra­ción ya se había comprometi­do a dar”, agregó.

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JUAN CARLOS MUÑOZ Daniel Alberto Rivera pasa el control de seguridad de los juzgados de Sevilla, en una imagen de archivo.

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