CECA cree que la presidencia española de la UE abrirá el debate sobre la Unión Bancaria
Fainé destaca la aportación de recursos del sector financiero para superar la crisis
El director general de CECA, José María Méndez, destacó ayer, en la 116ª asamblea general de la asociación, la necesidad de “aunar esfuerzos” para culminar la Unión Bancaria, en la que el objetivo de contar con un esquema común de garantía de depósitos “parece aún lejana”, por lo que consideró que la presidencia española de la UE, que ocupará el segundo semestre de 2023, “puede ser una magnífica oportunidad para realizar este debate”.
“En una de las últimas reuniones de los líderes de la UE se instaba a reforzar el marco de gestión de crisis y el uso de los fondos de garantía de depósitos nacionales. Transcurrida ya una década desde que se pusieran sus cimientos, el proyecto de la Unión Bancaria aún no es una realidad plena. Si bien los dos primeros pilares (Mecanismo Único de Supervisión y Mecanismo Único de Resolución) se encuentran operativos, el objetivo de contar con un esquema común de garantía de depósitos parece aún lejano”, trasladó CECA concretamente.
Méndez también se refirió a la incertidumbre que provocaron hace unas semanas varios bancos estadounidenses y Credit Suisse en Europa. Ante esta situación, CECA defendió que el sector bancario español ha demostrado una “alta capacidad de resiliencia”, enfrentándose a estos escenarios de inestabilidad y a las tensiones más recientes en los mercados con posiciones de capital y de liquidez sólidas.
“De hecho, la solvencia de las entidades españolas se mantiene en unos niveles superiores a los alcanzados en diciembre de 2019, previos a la crisis provocada por la Covid-19”, agrega la patronal.
El director general de CECA también planteó a los asistentes
Defiende que el sector bancario español ha demostrado una “alta capacidad de resiliencia”
a la asamblea ref lexionar sobre la conveniencia de extender los estándares del Comité de Basilea a un sector financiero “altamente globalizado”. Se trata de unos estándares que conforman “desde hace décadas”, la ortodoxia regulatoria en materia prudencial y están diseñados para los bancos internacionalmente activos.
No obstante, en muchas jurisdicciones, como la de la UE, estas reglas se extienden a todas las entidades de crédito, con independencia de su tamaño. En EEUU, por lo contrario, los requerimientos prudenciales de Basilea, incluyendo los de liquidez, se aplican únicamente a las grandes.
Por su parte, el presidente de CECA, Isidro Fainé, destacó el “importante esfuerzo” de las entidades del sector para poner a disposición de la sociedad los recursos necesarios que contribuyan a sortear la actual coyuntura económica.
Fainé afirmó que es “justo en los momentos de mayores dificultades e incertidumbres, como el actual, cuando CECA y sus entidades asociadas tienen una misión importante que continuar desarrollando para el bien de sus clientes y de toda la sociedad: hacer una buena banca para los clientes y una banca buena para l a sociedad. Este es nuestro doble desafío”.
Además, añadió que la obra social de la patronal es “cada vez más un puntal de ayuda para muchas personas vulnerables y un motor de progreso educativo, científico y cultural. La obra social constituye el alma de nuestra asociación y estamos obligados a protegerla. Nos gustaría extenderla por todo el mundo”.
Las entidades asociadas a CECA destinaron 800,16 millones de euros a obra social durante 2022, lo que supone un incremento del 2,8% respecto al ejercicio anterior. Gracias a esta dotación, se han llevado a cabo alrededor de 72.000 actividades, que han beneficiado a más de 32 millones de personas, especialmente a los colectivos vulnerables.