Diario de Sevilla

Miércoles de preferia: la sombra de ‘Chismoso’

● El inicio del ciclo continuado de festejos congrega en los tendidos a los aficionado­s más cabales al reclamo de la corrida de Santiago Domecq

- Álvaro R. del Moral

La jornada de vísperas no había dado tregua. Actos de todo tipo, oportunida­d y condición que sostienen esa parafernal­ia taurina de conferenci­as, presentaci­ones, premios y demás fanfarrias –tan de la Feria de Abril– que anticipa los días grandes. Pero ha llegado el turrón: el miércoles de preferia es también el punto de arranque del ciclo continuado de festejos siguiendo el modelo consagrado por los Pagés en los últimos años. Fue después de recoger los escombros del abono en la debacle de aquella crisis económica que mudó la faz del toreo y modificó su economía. Hay que hacer siempre caso a Ortega –el filósofo, no el torero– que trazó ese incuestion­able paralelism­o entre las fiestas de toros y la propia historia de una nación concebida a modo de una gran plaza de toros en la que –Sánchez Mejías dixit– el que no torea embiste. Mejor dejarlo ahí.

Pero hay que ir al toro, a los toros, que estaban marcados con el hierro de Santiago Domecq e iban a ser estoqueado por un cartel de media etiqueta que había metido en los tendidos a la clientela más habitual, moderadame­nte entusiasma­da por la escasa química de un cartel de meras componenda­s empresaria­les. El personal seguía hablando de las orejas que se dieron de más en Resurrecci­ón, de la que se debió pasear en la jornada de la oportunida­d, de la personalid­ad del sobrino nieto de Curro Romero que –eso contaban en el croqueteo itinerante del martes– se dio una auténtica paliza y un estresante baño de multitudes cuando, a la salida de la plaza, trataba de alcanzar el coche, aparcado junto al monumento de Pepe Luis Vázquez. Jesús Rodríguez de Moya, tan suyo, tuvo que emplearse a fondo para librarle de algunas muestras de cariño que rozaban el paroxismo…

Pocos toreros pueden presumir de esa canonizaci­ón en vida aunque entre el sano currismo –y la gracia– de los partidario­s de antaño y el fetichismo desbordado de hoy hay un mundo. No sabemos si ese tumulto habrá desanimado al camero, tal y como tenía pensado, a volver al coso maestrante para asistir a la actuación de uno de sus toreros predilecto­s, el riojano Diego Urdiales. Fue ungido por el viejo Faraón a la vez que salía de las orillas de la profesión y se convertía en el cotizado torero de ferias que siempre quiso ser. La cita escogida es el 26, formando un cartel de campanilla­s junto a Morante de la Puebla y Juan Ortega para estoquear la divisa charra de Domingo Hernández. Para entonces aún queda mucho: toros y toreros, triunfos y fracasos que irán marcando el guión de una feria que aún está por escribir.

Pero hay que volver al ruedo sin salir de las costuras de este miércoles de preferia que es día de cabales, saludos en el tendido y mirada a esas redes sociales que –por suerte o por desgracia– también se han convertido en una parte indisolubl­e del espectácul­o taurino. En Resurrecci­ón echaban humo, haciéndose eco del accidentad­o estreno de esa plataforma de televisión –¿dónde anda Piticlín?– que tiene a los aficionado­s más veteranos con el pie cambiado, como si andaran peleando con un cajero automático.

El caso es que en la corrida de Santiago Domecq hubo de todo. Fue una corrida abierta en pelos, hechuras y sobre todo… en comportami­ento: desde el molesto primero hasta el desfondado sexto, pasando por el soso segundo y el espesito cuarto. Pero dentro del encierro del ganadero jerezano hubo dos bolas de distinto pre

La tarde dejó una corrida abierta en pelos, hechuras y sobre todo... en comportami­ento

mio: fueron ese picante tercero llamado Condenado que hizo pasar algunas fatiguitas a Alfonso Cadaval, marcado en su corta vida taurina por el juego de otro toro de Santiago Domecq, el célebre Chismoso que arrasó con todos los premios en la Feria de Abril de 2022. Entonces le cortó una oreja gracias a una actuación digna aunque en esta ocasión la tarde pesó más de la cuenta y le debe hacer pensar muchas cosas. El otro ejemplar atendía a la gracia de Camorrista y fue un animal boyante, pronto y de distancias largas con el que Álvaro Lorenzo se mostró en buena forma pero sin doblar el cabo que le habría hecho saltar de órbita. Sacó notable alto pero el asunto era de matrícula…

Santiago Domecq, hijo, resumía a través de la pantalla de Mundotoro TV las impresione­s de la casa ganadera. “Sevilla es muy difícil ; no ha sido un espectácul­o con grandes toros pero, internamen­te, ha habido toros con buenas cosas”. Y tan difícil, que se lo digan a Lorenzo que, con todo a favor, paseó esa oreja que no se libra del fino calibre del senado taurino sevillano. El guión de la corrida de hoy –con Perera, Luque y de Manuel en el cartel– lo marcarán los domecqs que la familia Moya Yoldi marca con el hierro de El Parralejo y cría en el paraíso de Monte San Miguel, a la sombra del castillo de Aracena. Que no decaiga.

 ?? FOTOS: JUAN CARLOS MUÑOZ ?? El tercer toro, su primero, puso en apuros a Alfonso Cadaval.
FOTOS: JUAN CARLOS MUÑOZ El tercer toro, su primero, puso en apuros a Alfonso Cadaval.
 ?? ?? La faena del quinto de la tarde le hizo valer una oreja a Álvaro Lorenzo.
La faena del quinto de la tarde le hizo valer una oreja a Álvaro Lorenzo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain