MANO LA VISA PARA 31-M BUDAPEST
DÍA grande hoy en Nervión, el más grande de un curso que ha transcurrido entre tribulaciones y que lleva trazas de acabar de color de rosa. Para ese final, lo de hoy es trascendental y lo cierto es que las posibilidades de salir con bien son elevadas. Y es que de haber podido salir goleado en la ida, la cosa viró para muy bien y la cita de esta noche se presenta de cara por el cúmulo de circunstancias, resultado incluido, que la rodean.
El Sevilla afronta una cita con su historia y el United con La Séptima metida en el entrecejo
Mano de santo ha sido el relevo en el banquillo sevillista, pues a aquel primer empate con el Celta que tan mal sentó le han sucedido unas tablas que supieron a gloria en el Teatro de los Sueños y un triunfo en Mestalla que sirve para espantar los fantasmas ligueros creo que de forma definitiva. Y he ahí un Sevilla-United en el que hay mucho que ganar, sobre todo por el carácter que encierra de salvoconducto a una cita en Budapest así que mayo ande buscando las tablas.
Dicen que Nervión será una caldera teñida del blanco de las camisetas del Sevilla. Es una forma eficacísima para que el primer gol se haga desde la grada y de eso es especialista ese sevillismo que ve la posibilidad de otro aldabonazo continental. Y es que La Séptima ha dejado de ser la utopía que pareció cuando en el sorteo salió la bolita de los Diablos Rojos. Lo del pasado jueves en Old Trafford fue un golpe de fortuna que anuncia grandes fastos así que fenezca mayo.
¿Se vende la piel antes de dar muerte a su dueño? No, no es eso, pues aunque el elevado número de bajas que traen los debilita de forma indudable e indiscutible, se trata de uno de esos equipos que conforman la aristocracia en el fútbol del Viejo Continente. Y un equipo con ese pedigrí no parece que vaya a asustarse por un clima más o menos caldeado, pero que la cosa pinta muy de cara para el Sevilla no hay quien lo dude y cómo se allanaría la ruta a 31-M Budapest.