Diario de Sevilla

¿Un resfriado o

● La primavera es, por excelencia, la época del año en la que se sufren más alergias, pero a menudo sus síntomas se pueden confundir con un catarro, aunque hay diferencia­s

- Cristina Valdivieso

Desde hace semanas el pañuelo en la mano se ha convertido en un complement­o más de los sevillanos. Alergias y resfriados campan a sus anchas y, debido la similitud de la sintomatol­ogía, pueden confundir a aquellos que los sufren. Se estima que las primeras afectan a un cuarto de la población andaluza, pudiéndose incrementa­r hasta el 50% para 2050, según apuntan varios estudios, y desarrolla­n, por lo general, un tipo de congestión nasal que suele ser continuado en el tiempo.

Según un estudio de la Sociedad Española de Alergologí­a e Inmunologí­a Clínica (SEAIC), el 70% de los pacientes diagnostic­ados presentan síntomas durante más de tres meses al año. Es más, se estima que en 4 de cada 10 pacientes, tanto niños como adultos, la rinitis alérgica tiene lugar durante todo el año. Por eso, muchas veces “se confunden con los síntomas del resfriado”, explica el doctor Jesús Neri, médico de familia del centro de salud Mercedes Navarro de Alcosa.

“La alergia al polen antes se vinculaba casi de forma exclusiva a los meses de marzo, abril y mayo; pero ahora este periodo se ha extendido. Puede aparecer en enero y llegar a junio y, si se mezcla con los ácaros o con lo que comúnmente se llama humedad, puede llegar hasta otoño. Por este motivo, lo que antes se denominaba rinitis alérgica estacional ahora es más continuado”, destaca.

Para el doctor Neri, hay varios factores detrás de este fenómeno. Por un lado, la mayor de virus y alergias tras varios años en los que, a consecuenc­ia de la pandemia del coronaviru­s, los sevillanos han pasado más tiempo recluidos en sus casas y, en exteriores o espacios públicos, protegidos por el uso obligatori­o de mascarilla­s. “Hemos pasado unos años en los que hemos estado mucho tiempo encerrados en casa y haciendo uso de las mascarilla­s y así hemos evitado mucha patología respirator­ia y, con ello, mucha sintomatol­ogía alérgica”, explica el doctor.

Por otro lado, las altas temperatur­as que se están soportando esta primavera y las pocas lluvias también han adelantado el inicio de la polinizaci­ón. Si este periodo se alarga, los pólenes permanecen durante más tiempo en el aire. Otra de las razones a las que apunta el facultativ­o son los contaminan­tes atmosféric­os, especialme­nte en las ciudades, donde cada vez están más presentes.

Además, desde la Sociedad Andaluza de Alergologí­a e Inmunologí­a Clínica (Alergosur), apuntan a los efectos del cambio climático, el cual está provocando que plantas autóctonas de nuestro ambiente sufran y mueran, siendo sustituida­s por otras especies (muchas invasoras) más resistente­s a estos ambientes tan hostiles para ellas, favorecien­do la aparición de pólenes más alergénico­s y más duraderos en el tiempo.

Con este panorama, y sin contar con datos concretos de afectados en la provincia de Sevilla, lo que sí parece estar claro, según algunos estudios es que, de esos 2,5 millones de andaluces alérgicos, son miles los sevillanos que estornudan por culpa de las gramíneas. Le siguen en orden decrecient­e la alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.

Son las de mayor prevalenci­a y que provocan, además de estornudos, moco acuoso por la nariz, mal cuerpo general, picor de ojos y lagrimeo, picor o sensación opresiva de garganta, tos o, incluso, asma y, en casos más extremos, disnea respirator­ia. Una sintomatol­ogía que puede llevar a la población a no saber, realmente, a qué patología se está enfrentand­o dado a la similitud con procesos catarrales o, incluso, gripales.

“Es cierto que estamos viviendo situacione­s en las que mezclamos todas estas patología con, prácticame­nte, los mismos síntomas. No obstante, aunque por su curso clínico, o banalidad, tienen más o menos las mismas caracterís­ticas clínicas, no son iguales”, remarca el facultativ­o.

Una de las claves está en el tiempo. Los procesos gripales suelen durar aproximada­mente siete días, mientras que los catarros pueden pasarse en unos tres o cuatro días y la alergia puede tener duración indefinida, siendo más intensas cuanto más en contacto se esté con la sustancia alérgena. Otro factor a tener en cuenta, explica el facultativ­o, es que “las alergias se suelen manifestar mucho por la noche”. “Se produce una cierta caída por la parte de atrás de la nariz de ese caracterís­tico moco acuoso al estar tumbados, lo que provoca una tos seca y persistent­e muy molesta”, afirma.

El doctor Neri apunta que, además, la gripe va acompañada del dolor articular, la desgana generaliza­da que puede llevar al enfermo a la cama y que, también, pueden tener un componente entérico, acompañado de vómitos o diarrea.

Entre alergia y catarro, el facultativ­o indica que ambas se caracteriz­an por un cuadro respirator­io, acompañado de picor de ojos y estornudos. “En medicina hablamos que los estornudos que se repiten, entre cuatro o siete, son signos de la congestión alérgica, mientras que cuando los estornudos se deben a un catarro o resfriado común no tan continuado­s”, argumenta. “Son patologías que cursan con la misma sintomatol­ogía y que pueden confundirs­e, pero son absolutame­nte diferencia­bles”, apostilla Jesús Neri, que, asegura que, en estos momentos, por sus consultas pasan, sobre todo, cuadros catarrales y alérgicos, habiendo dejado ya atrás los virus gripales.

El tiempo es clave para distinguir­las ya que los efectos del resfriado se van en unos 5 días

 ?? D. S. ?? Una joven se suena la nariz en una zona rodeada de arboleda en la ciudad.
D. S. Una joven se suena la nariz en una zona rodeada de arboleda en la ciudad.
 ?? ?? Una persona se somete a un estudio alergológi­co.
Una persona se somete a un estudio alergológi­co.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain