CONVENTOS SEVILLANOS EN LA ENCARNACIÓN
SEVILLA es considerada desde antaño una ciudad conventual que llega a poseer en el Siglo de Oro más de cien centros monásticos, un sesenta por ciento destinado a hombres y un cuarenta a mujeres, permaneciendo activos una veintena hoy en día. Dos de ellos se hallaban desde el siglo XVI en la actual plaza de la Encarnación, uno de los espacios públicos que más transformaciones ha sufrido a lo largo de los tiempos a partir de sus primitivos asentamientos romanos. Si nos remitimos al Plano de Olavide de 1771, observaremos que dicho lugar era una manzana compacta ocupada por un par de casaspalacio y dos magnos conventos con sus respectivas plazuelas: el de Regina Angelorum al norte y el de La Encarnación al sur. Acontecida la ocupación napoleónica de la ciudad, los franceses desarrollan una política urbanística de apertura de plazas en diversos enclaves, para lo cual es necesario derribar en ciertos casos iglesias o cenobios. Entre otros expolios, son demolidos los templos de Santa Cruz y de la Magdalena, así como el convento de La Encarnación.
El monasterio de Regina Angelorum fue fundado por Leonor Manrique de Lara y Castro en 1521 para ser habitado por monjas dominicas, siendo reformado treinta años después para albergar monjes de la misma orden, comunidad controvertida en el siguiente siglo debido a unos singulares sermones del prior Domingo de Molina que ponían en entredicho la acendrada
La plaza era una manzana ocupada por un par de palacios y dos magnos conventos
doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El alboroto serviría de acicate a la capital hispalense para incidir con fuerza en la proclamación del dogma, promulgado finalmente en 1854 por el papa Pío IX. El edificio monacal, que contenía obras de Murillo y de Pedro Roldán, sobrevive a otros usos tras su desamortización y lo que queda de él es abatido a comienzos del siglo XX.
El convento de la Encarnación de agustinas ermitañas fue promovido en 1591 por deseo testamentario del indiano Juan de la Barrera, presentando una magnífica portada renacentista obrada por Alonso de Vandelvira y Andrés de Ocampo. Permanece vivo hasta el decreto de demolición de 1810 firmado por el rey José I, pasando las monjas al exclaustrado monasterio de los Terceros y levantándose una década después en el solar el primer mercado de abastos de Sevilla. Como consecuencia del regreso de los religiosos a sus posesiones, las agustinas son ubicadas definitivamente en 1819 en el extinto hospital de Santa Marta sito en la actual plaza Virgen de los Reyes. El centro sanitario se erigió a principios del siglo XV aglutinando heredades donadas por el canónigo y azote de judíos Ferrán Martínez, que incluía la antigua mezquita de los Ossos, de la cual permanecen dos ventanas polilobuladas en el exterior de la capilla conventual.
Pasado el tiempo, el dispar complejo de las Setas brota en unos maltratados terrenos, continuando la caótica evolución histórica de un espacio céntrico de difícil concepto con una disarmonía estética y una notable inestabilidad urbanística.