QUEDA MUCHO Y PAMPLONA SÓLO ES UN ACCIDENTE
OCASIÓN idónea para seguir en el pulso que libra en las alturas, pero ocasión desperdiciada por la rémora que le supuso ir cayendo por dos goles cuando ni siquiera se había roto a sudar. Dos tantos en diez minutos que iban a condicionar el desarrollo del juego y eso a pesar de que Miranda iba acortar distancias muy pronto. A raíz de ahí todo se igualaba, pero una desafortunada intervención del propio olivarense distanciaba a Osasuna.
El Betis reaccionó bien al tempranero doblete de Budimir, pero le faltó colmillo delante
Aquellos dos goles tempraneros de Budimir fueron determinantes para que el Betis quemase las naves dejando demasiado espacio a sus espaldas, pero quedaba mucho tiempo y a través de un segundo tiempo diametralmente distinto, el Betis se hizo acreedor a sacar algo. No ocurrió así a pesar de que Guido acortaba distancias. Para entonces, Osasuna había decidido tapiar su área y a fe que lo logró para taponar el juego de un Betis que se dejaba la piel para conseguir el empate.
Este resultado que rompe una racha de casi diez años en Pamplona deja las cosas complicadas respecto a un lugar en la primera competición continental, pero pasado mañana tiene el equipo de Pellegrini otro cartucho. Ese sí que puede ser crucial para conseguir el objetivo, pero hay que pararse a analizar el porqué de esos tres goles encajados en El Sadar. Dos de Budimir cogiéndole las vueltas al sistema defensivo, portero incluido, más el infortunio del desvío de Miranda.
Y lo cierto es que Osasuna hizo gol en las tres ocasiones que dispuso mientras que el Betis no tradujo positivamente el caudal de fútbol que realizó en la rápida grama pamplonica. Una ocasión idónea para inquietar a sus antecesores, pero con veinticuatro puntos aún en el aire no es cuestión de dramatizar. El campo de un finalista de Copa parecía idóneo y, además, la historia daba pie al optimismo, pero una vez más hay que reiterar que el fútbol es presente, sólo presente.
Para Pellegrini el 3-2 “refleja lo que fue el partido”. “Tuvimos llegadas y ocasiones para empatar. Con el 2-0 al principio pensaba que si no habíamos regalado los dos primeros tantos sí que no habíamos entrado con la intensidad necesaria para igualar el punto fuer del rival. Se encontraron con dos goles fáciles y supieron aprovechar esa ventaja”, explicó.
Entrenador del Osasuna Vamos a por más; la autocomplacencia es lo peor que hay y este equipo no la tiene”
No quiso entrar, por último, el preparador verdiblanco a valorar los duelos individuales al ser cuestionado por Abde y Montoya, un duelo que se decantó casi siempre del lado del futbolista local: “En los duelos individuales se gana o se pierde un balón, así que me fijo más en lo colectivo y no creo que haya sido la causa de la derrota. Que tengamos una defensa segura, que no nos hagan goles, que tengamos mayor volumen ofensivo y que concretemos las oportunidades. Es lo que analizo más que las individualidades”.