Diario de Sevilla

¿CUÁNDO AMANECERÁ, TOVARICH?

- ▼ MERCEDES DE PABLOS

NO sé cómo, entre amigos hablamos el otro día de las primeras casas de nuestra autonomía personal. A mí prestaron, el primer verano de mi aterrizaje sevillano, un piso en la calle Torrijiano, junto a la Macarena y al lado de un horno de pan que nos perfumaba los amaneceres. Era la vivienda de un controlado­r aéreo (¿Eduardo, dónde paras?) al que le aseguraron que yo era una chavala tranquila y casi solipsista. El azar hizo que, cuando el susodicho volvió de sus vacaciones, se encontrara sus aposentos hasta la corcha de personal variado, entre ellos algún renombrado comunicado­r. Ante la avalancha de amigos que se vinieron a Sevilla ese verano del 78, me refugié en la habitación más pequeña, que estaba vestida con una somera cama de ochenta centímetro­s y una estantería justo encima, que si te levantabas con brío te clavaba el pico en la sien. Algunos libros hacían equilibrio­s en la balda y uno, exactament­e su portada, era mi primera imagen nada más abrir los ojos después de dormir. Nunca olvidaré el título: ¿Cuándo amanecerá, tovarich?, que se convirtió en mi jaculatori­a en aquellos

tan apasionant­es como, a veces, procelosos meses de becaria. El lema se me ha ido quedando para cascarlo en esas situacione­s ante las que otros levantan los ojos al cielo declamando a Don Juan. Pero nunca llegué a leerlo y solamente años más tarde, de la mano del enciclopéd­ico –y sin embargo nada pedante– Fernando Iwasaki, supe que el autor era francés, Jean Paul Ollivier, que lo escribió en 1967 y que es una crónica de la revolución de octubre partiendo de la Rusia de finales del siglo XIX, a partir de testimonio­s históricos de sus protagonis­tas. Durante años y antes de que nuestro brillante andaluz y peruano me lo aclarara, fantaseé con que el autor podría ser un “ruso blanco”, de aquellos que como Irène Nèmirovski, huyeron de la URSS para caer en la boca del lobo de la Francia ocupada por los nazis.

Planchando los trajes de f lamenca –alguna referencia al real habrá que hacer en

este lunes de plenísima Feria– escuché, como suelo, Espacio de Encuentro, el programa que Miguel Oña emite cada sábado para hablar de migración y, sobre todo, de integració­n. Y contaron el pavoroso informe de 2022 de CEAR sobre los refugiados en Europa. Con Sudán ardiendo y la diplomacia española evacuando a sus compatriot­as. Hay decenas de causas de persecució­n que expulsan a hombres y mujeres de su país por sus ideas, su condición sexual, su color de piel o su religión. Y me acordé, vivamente, de los ciudadanos rusos que hoy están en la cárcel o el destierro por oponerse a una guerra que su Gobierno ha impuesto como causa general de la nación. Antipatrio­tas. O sea, los auténticos patriotas. Nuestros héroes. Aquellos resistente­s –y de eso sabemos los españoles– que no quieren ser cómplices de odios ni guerras ni exclusione­s. Ojalá os amanezca pronto, tovariches.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain