Dos evacuadas al hospital por atragantarse y sufrir un ictus en el real
recibido en una combinación de formalidad informal. Me faltó que me dieran un cinturón de esparto en la puerta. Pero cumplimos el rito porque así nos lo pidió Diego Luis Algarín. Educación en valores se llama. Y ya se sabe: al amigo, todo; al enemigo nada, y al indiferente, la legislación vigente.
No engañemos al turista con trampantojos. No me digan que la Feria es cerrada para justificar el engaño. Me quedo con el ejemplo de don Rafael Carretero, al que hemos visto ofrecer tantas veces una lonchita de jamón o de caña de lomo a los visitantes que se quedaban mirándole en El Rinconcillo o en su genial caseta del Patio de los Duendes de la calle Joselito El Gallo. “Así es como se ejerce de embajador de la ciudad y se integra al de fuera, poco a poco”. Los turistas sonreían y aceptaban la tapa con cara de felicidad real. O se integra o se alimenta una mentira. Otra cosa es que aceptemos la mentira... Y la gran verdad de la Feria es que es una suma de mentiras piadosas. Pero nunca ha sido la de hacerle ver al turista lo que no nunca ha sido y de momento no es.
La caseta de los turistas anuncia camareros con varios idiomas y la adaptación a los usos de los países de origen de los viajeros. Seamos positivos. ¿Y por qué no les ayudamos a adaptarse a nuestros usos para que de verdad conozcan la Feria y no una versión sesgada, irreal o directamente falsa? ¿O es que si optamos por la vía de la autenticidad no hacemos caja? Mejores son las visitas guiadas, más reales, que un restaurante bajo las lonas con tiempo limitado de estancia.
Este concepto de turismo no integra, modifica lo auténtico para venderlo en función de su interés. Estamos engañando con marchamo de oficialidad. No hay nada como viajar y asumir los horarios, ritos y costumbres del país visitado. No hay nada como salir de Sevilla y que no parezca que seguimos en Sevilla. Pero aquí da igual todo, sólo hay que ver que el centro de la ciudad está directamente prostituido. A lo mejor ha llegado la hora de cargarnos la Feria. Resérvenme una mesa con derecho a dos horas sentado. Y que sea con el gran Algarín, sevillano fino y frío.
La rápida intervención de la Policía Local en coordinación con la Cruz Roja, el 061, los Bomberos y los servicios de Protección Civil salvaron ayer la vida a dos mujeres que han sufrido sendos percances mientras estaban por la tarde en el real de la Feria. Una de ellas tuvo que ser intervenida por atragantamiento tras haber ingerido un trozo de carne y la otra, al mismo tiempo, después de haber sufrido un ictus.
Por su parte, la noche del pescaíto se saldó sin mayores incidencias, marcada por la gran afluencia de público al real. El día del alumbrado destacó ante todo el transporte público. La demanda de las líneas de Tus
El turista no conoce la Feria de Sevilla, sino un sucedáneo, un pastiche,
una impostura
La noche del ‘pescaíto’ se saldó con más de 250.000 viajeros en el transporte público
sam que prestan servicio directo fue de 111.240 viajeros, con un crecimiento del 17,2% respecto del mismo sábado de 2022. Por su parte, Metro de Sevilla transportó a 114.286 viajeros, en este caso, un 6,22% más.
En cuanto al dispositivo municipal de salud, que desarrolla Cruz Roja, se saldó la noche del sábado con 119 asistencias sanitarias, 80 menos que en la misma jornada de 2022, de las que 17 requirieron traslados a centros sanitarios externos. Heridas, intoxicaciones etílicas, síncopes y patologías respiratorias fueron las asistencias más recurrentes. En el 061, por su parte, contabilizaron 65 demandas asistenciales.