Menos puede ser más en la asistencia pediátrica
● La Asociación Española de Pediatría recoge en una guía las prácticas a evitar en la atención médica a los menores
El Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Asociación Española de Pediatría (AEP) reúne en una guía las prácticas a evitar en todos los niveles de la atención pediátrica. El objetivo de esta iniciativa es señalar una serie de actuaciones que deben dejarse de lado en la asistencia médica a los niños en la atención primaria, urgencias, durante la hospitalización, los cuidados intensivos y en el domicilio.
Con el título de Recomendaciones de no hacer, la asociación identifica medidas a desterrar en la atención médica a los más pequeños. Entre ellas destacan la de prescribir medicamentos en cucharadas en vez de en miligramos, efectuar el ingreso hospitalario sin comprobar la pulsera identificativa o las alergias, prolongar la duración del tratamiento antibiótico más tiempo del recomendado, retirar el gluten de la dieta sin causa justificada o separar a un bebé recién nacido de su madre cuando exista una alternativa posible.
“En la atención de los niños y adolescentes hay algunas prácticas que no son adecuadas, que no aportan nada y que incluso pueden perjudicar. Aunque desde las sociedades de especialidades pediátricas han realizado recomendaciones de no hacer relacionadas con su área, en este proyecto se han elaborado desde un punto de vista más transversal con el objetivo de que puedan ser útiles a los profesionales de los distintos ámbitos de la atención pediátrica”, señala Aurora Madrid, pediatra y coordinadora de este comité.
Como explica esta doctora, “a menudo se realiza un uso excesivo de inter venciones sanitarias que son innecesarias. La intención de esta guía es revisar los puntos claves de la atención pediátrica”. En otros países ya existen proyectos como éste y parecidos, como en EEUU, con el lema de Menos es más o Elegir con prudencia.
“Se trata más bien de saber qué no es necesario, de revisar la práctica clínica para conocer qué hay que evitar”, indica Madrid.
Con respecto a los motivos que llevan al abuso, la doctora indica que en ocasiones, sobre todo en Atención Primaria, existe presión por parte de las familias. “Se suele insistir en la prescripción de fármacos, sobre todo mucolíticos y antibióticos”, asegura. Así, insiste en que es fundamental que los padres tengan confianza plena en el pediatra de cabecera de sus hijos.
“También debemos mejorar la comunicación con las familias, asegurarnos de que éstas entienden las indicaciones que les ofrecemos”, afirma.
“Cada vez se hace una medicina de mayor calidad. Por eso, hay que comprender que hay medidas o pruebas que no aportan o que incluso pueden ser perjudicales para los menores”, sostiene. “Es fundamental saber qué no es necesario”, concluye.
Entre las recomendaciones ofrecidas, el documento de la AEP llama a evitar mantener los medicamentos a la vista y al alcance de los niños o en un envase diferente al original, proporcionar información escrita sobre la medicación a los padres o personas cuidadoras sin las explicaciones orales pertinentes y sin verificar que las comprenden, prescribrir en cucharadas o exclusivamente en mililitros sin utilizar unidades de masa (como miligramos), concentración o presentación específica, o hacerlo