“Escribir y dirigir actores es lo mismo: sumergirte en el corazón de un texto”
● El guionista Rafael Cobos se pasa a la dirección con ‘El hijo zurdo’, la serie premiada en Cannes que estrena Movistar el jueves y en la que se alía con el cineasta Paco R. Baños
Su labor como guionista, con la que ha ganado dos Premios Goya, ha eclipsado la faceta como dramaturgo de Rafael Cobos (Sevilla, 1973), que en sus comienzos concibió para la escena obras como Ojos, Ahora que ya no importa o Probablemente mañana, con los que logró varios galardones y fue seleccionado por el prestigioso certamen Marqués de Bradomín, que auparía a las entonces jóvenes promesas Sergi Belbel, Antonio Álamo o Borja Ortiz de Gondra. Su salto a la dirección con El hijo zurdo, la producción que estrena este jueves Movistar y que triunfó en el festival Canneseries hace unos días, le ha hecho pensar en esa etapa “errática” en la que estudió teatro y concluir, quizás con el orgullo de quien no se ha traicionado en el camino, que no están tan lejos aquel joven inexperto y el hombre que entra hoy en la cincuentena. Entonces y ahora, apunta Cobos, disfrutaba, disfruta, estando cerca de los actores. “Escribir y dirigir a un reparto se parecen muchísimo: en los dos casos se trata en meter las manos en el corazón del texto”, defiende el creador.
Para su debut como realizador, en esta adaptación de la novela homónima de Rosario Izquierdo que protagonizan María León y Tamara Casellas, Cobos ha sabido desprenderse del peso que podía suponer su alianza con Alberto Rodríguez, que ha alumbrado títulos como La Isla Mínima o Modelo 77. “Trabajar tantos años con Alberto me ha permitido vivir de cerca el proceso de un rodaje, aprender”, afirma, “pero cuando empiezas un proyecto no puedes preguntarte cómo lo haría otro, tienes que buscar tu voz, tu forma de contar y articular un discurso”. El jurado de Cannes lo certificó en su palmarés con el premio a la mejor miniserie: Cobos filma con nervio y personalidad, y ha dotado a su proyecto de un ritmo vibrante.
DOS VIEJOS AMIGOS
En El hijo zurdo, Cobos se apoya en otro nombre destacado del cine andaluz, Paco R. Baños (Sevilla, 1971), con el que se ha repartido la dirección de los seis capítulos que componen la serie. Ambos se conocen desde hace casi 20 años, cuando Rodríguez, amigo de Baños desde el parvulario, empezaba a escribir junto a Cobos 7 vírgenes y los presentó. Por esas fechas, Baños venía de ganar el premio Versión Española de Cortometraje por su pieza Necesidades. “Tuvimos una complicidad inmediata”, recuerdan, una sintonía que se tradujo en las primeras reuniones para esbozar un guión que no supieron rematar. “Pero de ahí sacamos la idea para Ali”, filme que dirigió Baños y escribirían juntos. “Aquella película fue una especie de spin-off del proyecto que barajamos inicialmente, una historia que iba a tratar el amor desde diferentes puntos de vista y que ya contenía al personaje que más tarde haría Nadia de Santiago”, evoca Baños sobre “un proceso gozoso. Él vivía entonces en Mairena, y yo lo visitaba y me sentaba con él y empezaba a soltar diálogos e ideas.
Tenía la impresión con esas sesiones de estar yendo a mi psicólogo”, bromea Baños. Años después coincidirían de nuevo en los créditos de La peste, uno como guionista y el otro como director de algunos episodios. “Todavía no existía aquí el concepto de showrunner, pero Alberto tuvo esa función en esa serie y llamó a Paco, y a mí me pareció estupendo”.
A Cobos le entusiasma esa sutileza que Baños despliega en Ali, el retrato de esa joven que empezaba a descifrar los enigmas adultos del amor y la vida, o en 522. Un gato, un chino y mi padre, la historia de una mujer, Natalia de Molina, que padece agorafobia y se atreve a salir al mundo. “Como director, tiene una capacidad asombrosa para contar desde el detalle cosas grandes”, opina sobre un cineasta que en su trabajo combina la “humanidad” de sus personajes y la “plasticidad” de sus imágenes.
A Baños, por su parte, le convence de Cobos que “tiene las ideas claras y es cabezón para defenderlas y llevarlas hasta las últimas consecuencias. Pero, al mismo tiempo, cuando se abre una luz no tiene miedo de rebuscar ahí por si hay algo nuevo y diferente. Me gustan su firmeza, su lucidez, pero también su generosidad para aceptar las propuestas que le hacen los demás”.
SER O NO SER (FIEL)
El hijo zurdo arranca cuando Lola (María León), una mujer de una familia acomodada que ha permitido que el tedio y la inercia guíen su vida, recibe una llamada de aviso: su hijo Lorenzo (Hugo Welzel) ha sido detenido por participar en una agresión a un joven marroquí. En las instalaciones policiales, Lola coincidirá con Maru (Tamara Casellas), la madre de otro chaval arrestado, una limpiadora que trabaja en un polígono y que, pese a codearse con la adversidad cada día, alberga una visión más luminosa del mundo que la de Lola.
En las entrevistas, Cobos suele precisar que la novela de Rosario Izquierdo le sirvió como “inspiración”. ¿La adaptación más acertada de un libro pasa por la traición al original, para que funcione en