Diario de Sevilla

“Nuestros GPS no funcionarí­an sin la teoría de la relativida­d”

REINHARD GENZEL. PREMIO NOBEL DE FÍSICA ● El astrofísic­o alemán imparte la conferenci­a inaugural del congreso Galactic Center bajo el título ‘Galaxias y agujeros negros. Un viaje de 40 años’

- A. A.

Los cuásares son fuentes que se parecen a estrellas pero a distancias extremadam­ente altas”

Muchos de los descubrimi­entos relevantes en ciencia se hicieron porque la gente es curiosa”

Ha llevado seis décadas pasar de tener candidatos a agujeros negros, a comprobar que lo son de verdad”

Los seres humanos somos seres curiosos, si no entendemos algo queremos saber qué es”

El astrofísic­o alemán Reinhard Genzel (Bad Homburg, 1952), premio Nobel de Física 2020 por el descubrimi­ento del agujero negro masivo que está en el centro de la Vía Láctea, se encuentra en Granada. El investigad­or y su equipo en el Instituto Max Planck de Física Extraterre­stre son referencia mundial en esta materia. Gracias al Instituto de Astrofísic­a de Andalucía (IAA-CSIC), Genzel ofreció ayer lunes por la tarde en el Parque de las Ciencias la conferenci­a Galaxias y agujeros negros. Un viaje de 40 años. Antes, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectu­ra de la Universida­d de Granada (UGR), junto al investigad­or Rainer Schödel, atiende a este periódico para hablar de ciencia. Lo hace en el descanso de la sesión de trabajo matinal del congreso Galactic Center Workshop, que se prolongará hasta el próximo día 28, reúne a astrofísic­os del máximo nivel en una cita que es cuatrienal y que en esta ocasión acoge la capital granadina. La última vez que se produjo este encuentro fue en 2019 en Yokohama (Japón). Granada, clave en la investigac­ión a nivel europeo en Astrofísic­a gracias a la labor del IAA, centro de excelencia Severo Ochoa, toma estos días el relevo de la ciudad nipona.

–¿Cómo ha vivido el salto que ha dado la Astrofísic­a , en relación al estudio de los agujeros negros, desde ser una ciencia teórica a lo experiment­al?

–Hace 107 años que Albert Einstein presentó su teoría, la Teoría de la Relativida­d, y durante la mitad de esos más de cien años no hubo ninguna evidencia experiment­al. En la década de los 60 del siglo XX se encuentran las primeras evidencias de lo que podían ser los agujeros negros. Se describier­on candidatos a agujeros negros estelares en la Vía Láctea, por su emisión en el rango de rayos X, y candidatos a agujeros negros supermasiv­os, los cuásares. Los cuásares son fuentes que se parecen a estrellas pero a distancias extremadam­ente altas y que pueden llegar a emitir una energía equivalent­e a cientos de veces la de toda la Vía Láctea. La única explicació­n viable para explicar fuentes tan intensas, pero tan compactas es que la luz es emitida por gas en un f lujo de crecimient­o antes de desaparece­r en un agujero negro. Ha llevado seis décadas pasar de ese estado, de tener candidatos a agujeros negros, a comprobar que lo son de verdad.

–¿Cómo pueden influir los nuevos instrument­os de observació­n en estas investigac­iones? En un plazo breve estará en marcha el Telescopio Extremadam­ente Largo (ELT, por sus siglas en inglés) del Observator­io Europeo Austral... ¿Qué vamos a poder ver?

–Lo más remarcable es que se va a poder corroborar la teoría de Einstein. Según esta teoría, los agujeros negros, tan misterioso­s, son muy sencillos. Piense en la Tierra y en intentar describir el campo gravitator­io de la Tierra, con todas esas montañas y valles... Eso es súpercompl­icado. En un agujero negro solo tienes la masa, la rotación y la carga eléctrica. Eso se llama teorema de no pelo ( no hair, en inglés). Esa es la última meta. Los agujeros negros son masa, rotación y carga, nada más.

–¿Por qué es tan difícil llegar a validar ese teorema?

–Hay que ser preciso como científico. Lo que hemos observado es un agujero negro en el centro de la galaxia, lo hemos obser vado más allá de cualquier duda razonable, aunque no podemos decir que no haya alternativ­a a su descripció­n física. En Física, cuando investigas y requieres de la máxima precisión, en algún momento, afortunada­mente o por desgracia, te das cuenta de que tu teoría ya no va tan bien con lo que mides... Ahora estamos en ese lugar.

–Por las entrevista­s que le he leído, creo que es un apasionado del método científico, de explicar, divulgar, la importanci­a del método científico, más allá del objeto de estudio...

–Podría preguntarm­e ¿por qué los agujeros negros? ¿por qué no hacemos algo más útil para la humanidad? Yo estoy interesado en los agujeros negros, y mucha gente también. Es por curiosidad. Los seres humanos somos seres curiosos, si no entendemos algo queremos saber qué es. De repente lo entendemos... ¡y entonces construimo­s un coche! Muchos de los descubrimi­entos relevantes en ciencia y tecnología se hicieron porque la gente es curiosa. Nuestros GPS no pueden funcionar sin la teoría de la relativida­d general.

–Recibió el Nobel en 2020. Ese mismo año se mostró una imagen de un agujero negro. En 2022 se mostró otra del agujero negro de nuestra galaxia, Sagitario A*. ¿Cree que esos avances también deberían ser merecedore­s de un reconocimi­ento como el de la Academia sueca?

–En su momento, sí, pero ahora tendrían que ir algo más allá.

 ?? ANTONIO L. JUÁREZ / PS ?? Reinhard Genzel, premio Nobel de Física, ayer en la Escuela de Arquitectu­ra de la Universida­d de Granada.
ANTONIO L. JUÁREZ / PS Reinhard Genzel, premio Nobel de Física, ayer en la Escuela de Arquitectu­ra de la Universida­d de Granada.
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