Diario de Sevilla

SÁNCHEZ Y EL ‘ SANCHISMO’

- ▼ ENRIQUE MONTIEL

EL tiempo, poco tiempo, dirá si los creadores del constructo sanchismo han tenido el éxito deseado. Se trata de una elección de lo bipolar, todo esto es Sánchez, Pedro Sánchez, no el PSOE. Sánchez es el principal valor del sanchismo, así que, por una parte, si cae Sánchez lo que de verdad cae es el sanchismo, el PSOE, partido más que centenario, seguirá. Pero no es nada nuevo este todo al rojo de la ruleta política. Digo que igual muchos lo ignoran pero hubo un tiempo en que ya no hubo socialdemo­cracia del PSOE en el gobierno de España, ni Felipe González, hubo el felipismo, que era el contenedor de todos los males, corrupción incluida, la guerra sucia contra el terrorismo, todo el arsenal resumido en el “váyase, señor González”, del aspirante Aznar, José María Aznar. La forma, cristalizó. Fue un éxito, no me cabe duda. Como quiera que el presidente popular cumplió la palabra dada y sólo estuvo dos mandatos, pues no se presentó a la tercera elección, el aznarismo, del que se empezaba a hablar, se dejó de usar en la jerga política. Así que este de oca en oca y tiro porque me toca

se mantiene vivo y con fuerza en la política española. Ahora es Sánchez, pues las derechas han aceptado el sanchismo como diana a la que disparar las f lechas y raro es el día en que no surge el “momento Sánchez”, un pin pan pun fuego al presidente, al sanchismo, quería decir. Porque el constructo no se agota en la persona presidenci­al, incluye a lo Frankenste­in de sus alianzas. Y, claro está, a sus políticas más discutible­s o polémicas. Lo de Marruecos y el Sahara, el borrado del Código Penal de algu

Todo es muy antigüito, muy ‘déjà vu’, ¿inservible? A ver qué pasa con el ‘sanchismo’, queda cada vez menos

nos delitos que le venían mal a las alianzas, los indultos, lo de Bildu y el acercamien­to de etarras… El gesto duro, despreciat­ivo y altivo, como cuándo hizo la pregunta retórica de la dependenci­a del fiscal general del Estado, las mentiras… Eso es el sanchismo, ya lo sabes. Como también es economía verbal. Los escritores de la retaguardi­a, que alimentan el conf licto con su ingenio, forman parte de este combate que persigue el llenado de las urnas con las papeletas españolas. Más caña, dadle más caña, se oye a uno y otro lado de las líneas adversaria­s. A ver, un manotazo a Feijoo que sea gordo, que lo tire al suelo (en clave simbólica hablo, por supuesto) es equiparabl­e a lo que aconsejan a los candidatos del otro gran partido, que se la está jugando. Todo es muy antigüito, muy déjà vu, ¿inservible? A ver qué pasa con el sanchismo, queda cada vez menos.

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