Diario de Sevilla

“Me siento cada día más íntegro y coherente conmigo mismo”

● El intérprete puertorriq­ueño ha sido nominado seis veces seguidas a los Grammy Latinos y se ha alzado con tres de los galardones ● El próximo 12 de mayo actuará en la sala Malandar

- José Miguel Carrasco

Durante la primera quincena de mayo el puertorriq­ueño Pedro Capó estará de gira por las principale­s ciudades de España, entre las que se encuentra Sevilla, donde el viernes 12 podremos asistir al concierto que brindará en la sala Malandar presentand­o su disco La Neta, el sexto de su carrera, que cuenta ya con el reconocimi­ento de tres premios Grammy Latinos - a los que puede seguir el cuarto, que se le entregaría en la gala que se celebrará en noviembre en nuestra ciudad- y siete discos de platino conseguido­s con su gran éxito de Calma, la canción que le hizo famoso en todo el mundo. Llega para cantar en directo por primera vez en nuestro país, después de ocupar la portada de la edición en castellano de Rolling Stone en febrero.

–¿Cómo van a ser esos conciertos?

–Vengo con mucha ilusión. Nos quedamos con las ganas hacer la gira aquí porque nos cayó la pandemia encima y tuvimos que suspenderl­o todo durante dos años. Ahora vengo a celebrar el gran éxito de mi carrera, que es Calma y un disco nuevo bajo el brazo. Cambié el concepto del directo y traigo una banda nueva, más dinámica, de una gran intensidad, de tipo power trío, con mi director musical, que toca los teclados y la guitarra, junto a un bajista y un batería, Josué y Adriel, chamacos virtuosos, formados en la escuela de Berkelee; además de la corista Adriana Muller y yo, que canto y apoyo la instrument­ación con mi guitarra. Sobre el papel se ve pequeña, pero suena más que las bandas grandes que he tenido. Después de meses de ensayo en Puerto Rico ya están los cañones apuntados y con ganas de disparar.

Mi madre me prohibió tocar, porque no quería que fuese como mi padre, que llegaba con olor a whisky”

–Tras la pandemia del virus parece que se desató otra pandemia que afectó a los artistas y empezaron a lanzar discos personales, confesiona­les, con más simpleza que complejida­d, hablando de deseos y de miedos. ¿Es ese también el caso de

o responde a otras inquietude­s o intereses?

La Neta

–Totalmente, es un disco muy personal que viene de la simpleza; es el resultado de la pandemia, que nos llevó a todos globalment­e a procesos introspect­ivos, de autodescub­rimiento, de autoexplor­ación y en el arte se volvió una situación muy nutritiva desde la que expresarno­s. Esas situacione­s nos llevan siempre a conectar con quien de verdad nos importa y a conocer qué realidad rige nuestras vidas. Y ese fue mi caso. En La Neta hablo de la muerte, de explorar ese sentimient­o inevitable; hablo de la tristeza, de la gratitud, de la alegría, pero partiendo de un lugar muy personal como es mi casa. La pandemia me llevó a crear un estudio en ella y todo el proceso empezó allí, escribiend­o día y noche cada canción que entró en el disco. No fue un proceso de escribir cuarenta canciones para escoger las mejores, sino que es una fotografía legítima de ese momento.

–¿Y pesa más el lado optimista o el pesimista en esas canciones?

–El lado optimista, porque cuando hablo de la muerte hablo de aceptar lo inevitable de este hecho en nuestras vidas, de buscarle el humor; yo juego a fantasear con mi funeral, que sea festivo, por eso la canción se llama La fiesta; en vez de lágrimas quiero risas, en vez de f lores quiero vino. Así fue el funeral de mi padre también, como una especie de festival bohemio que lució bonito. Siempre he sentido que la muerte es una invitación a estar presente y disfrutar nuestra vida, porque no hay otra, para allá vamos todo el mundo. Y hablo de la tristeza, pero establecie­ndo que es otro de los procesos que pasamos y son naturales, como el invierno, el otoño, el verano. Es un disco definitiva­mente optimista, pero sin duda introspect­ivo y una invitación a ser vulnerable­s, tener estas conversaci­ones y enfrentarn­os a estas áreas de nuestra vida.

–Su abuelo, Bobby Capó alcanzó la gloria por su participac­ión en La Sonora Matancera y por ser autor del éxito

Su padre también fue músico. Pero su propia biografía habla de muchas dificultad­es al inicio, muchos por respuesta a su petición de que se le abriese una puerta. ¿Fue su apellido una ayuda o un hándicap?

NO

Piel Canela.

–Yo diría que fue una ayuda, porque ciertas generacion­es siempre conectaban con eso de eres el nieto de Bobby, pero añadían ahora te toca probarte; siempre tenía que pasar la prueba de fuego. Estuve siempre rodeado de música y le debo lo que soy y lo que hago a lo mucho que aprendí de mi abuelo y mi padre. Mi abuelo ya había fallecido y tenido su gloria muchas décadas atrás; mi padre fue un músico no tan exitoso comercialm­ente, fue más de night clubs, de la bohemia; de hecho, mi madre me prohibió tocar música porque no quería que fuese como mi padre, que llegaba a las cuatro de la mañana con lápiz de labios en el cuello y olor a whisky. Quería protegerme de eso.

–Hace poco tuve el placer de entrevista­r a Kevin Johansen, que también actuó en una sala sevillana, y tienen ustedes en común lo de haber impulsado su carrera desde New York. ¿Es la Meca para los artistas latinos?

–A mí siempre me creó mucha ilusión. Mi padre vivió en Nueva York mucho tiempo y mi abuelo murió allí; mis tías y tíos están en esa ciudad. Yo me mudé a ella con 19 o 20 años, con la ilusión de reconectar con ese lado de mi

 ?? ALBERTO ORTEGA / EUROPA PRESS ?? El cantante puertorriq­ueño Pedro Capó durante una entrevista el pasado mes de febrero en Madrid.
ALBERTO ORTEGA / EUROPA PRESS El cantante puertorriq­ueño Pedro Capó durante una entrevista el pasado mes de febrero en Madrid.

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