Diario de Sevilla

Bryan Gil La diferencia entre un crack y un buen jugador, el remate

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Lamentable­mente para el Sevilla, las tres oportunida­des para haberse metido en el partido de verdad le cayeron en las piernas a Bryan Gil. El barbateño es un muy buen futbolista, ya lo era durante su etapa en el filial, pero la diferencia entre ser un jugador aceptable y un crack está en el remate y ésa es una suerte que él, a día de hoy, y tiene tiempo de mejorarla, no domina. Tres ocasiones clarísimas, pero diáfanas. En una no llega a rematar, en la segunda al portero y en la tercera al poste. llista, aunque ninguno de los dos llegaba con claridad a las porterías rivales, cierto es. Pero cada vez que Riquelme se iba con habilidad de la presión de Fernando por ahí había un latifundio para el futbolista cedido por el Atlético de Madrid. Sin embargo, el gol de los catalanes no iba a llegar de esa manera y sí en un saque de esquina que no es bien defendido ni por Dmitrovic ni por Fernando ni tampoco por Acuña. Juanpe mete la pierna para rematar en el segundo palo y se agudizan los problemas para el Sevilla.

Fue una fase de desconfian­za, que no tenía nada que ver con el juego que se ha visto con Mendilibar al frente de los nervionens­es. Había precipitac­ión en los remates, como, por ejemplo, dos de Ocampos (30’) y Fernando (44’) muy arriba, pero también faltó una mayor calidad en el golpeo de Bryan Gil en la más clara que se le presentó. Minuto 36, el extremo zurdo golpeaba a bocajarro un centro llegando al segundo palo, pero cuando parecía más fácil marcar propició el lucimiento de Gazzaniga al no desviar hacia el palo más lejano del guardameta argentino.

Todo concluía con un nuevo susto por parte de Riquelme y con un ambiente cada vez más crispado en contra de Muñiz Ruiz, el encargado de impartir justicia. Salvo la duda del pisotón a Ocampos, tampoco tenía grandes fallos, pero sí un criterio diferente a la hora de medir las faltitas de unos y otros. Nada decisivo, por otra parte. Tras ese periodo de ref lexión, todo transcurre de una manera más o menos similar hasta que en el minuto 55 llega el segundo golpe para los sevillista­s. Balón a la cruceta de Riquelme con todo el Sevilla mal colocado y el rechazo no puede ser peor defendido hasta que Tsyngakov le da el gol a Taty Castellano­s.

Si el cero a uno era un resultado preocupant­e, el cero a dos se convertía en una verdadera montaña. El Sevilla no dejó de intentarlo, Mendilibar recurrió a Rakitic, Suso, Rafa Mir, y Lamela, por este orden, pero salvo las llegadas del zurdo gaditano poco más se pudo añadir. Los anfitrione­s ni siquiera eran capaces de recortar las distancias para meterse de verdad en el partido y todo fue un quiero y no puedo. Sin gol, ni Mendilibar ni el mejor Guardiola, este Sevilla es peor que el Girona a día de hoy. Así de cruda es la realidad.

Bryan Gil tuvo las tres mejores oportunida­des cuando había opciones y no remató bien

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