UNA VIDA DEDICADA A LA LITERATURA Y LA DIVULGACIÓN
Nacida en Buenos Aires y con residencia en Sevilla, Claudia Capel es escritora, poeta y profesora de talleres literarios. La autora acaba de publicar Ancestras. Once escritoras, libro en el que Capel relata episodios poco conocidos sobre Gloria Fuertes, María Zambrano, Pilar de Valderrama o Victoria Ocampo, entre otras. Además, en su trayectoria cuenta con una biografía acerca de Jorge Luis Borges, titulada Borges invisible, y ha publicado tres poemarios. Claudia Capel es ejemplo de una vida dedicada a la literatura y a la divulgación, desde el aula hasta las redes sociales.
–¿Cómo definiría usted la personalidad de Borges, sin el personaje?
–Tierno. Muy sencillo. Divertido. Y buena persona, honesto.
–¿Qué distingue a Borges de otros grandes de la literatura universal?
–El estilo, que es único, y también la filosofía de fon
do. Toda la obra de Borges tiene una filosofía de fondo.
–Usted ha estudiado con detenimiento la poesía japonesa. ¿Qué destaca de esta tradición?
–La sencillez, la belleza, la precisión y la síntesis. Y el hecho de que la poesía japonesa, waka, nace con una escritura femenina. Porque toda
la literatura era china, y sólo los hombres podían aprender los caracteres kanji. Las mujeres, al no poder escribir ni leer ni nada, se inventaron el silabario hiragana, que es el que se utiliza actualmente para escribir tankas. El tanka es, además, muy anterior al haiku, pues el haiku nace en el siglo XVII.
–Recientemente ha publicado un libro titulado
Ancestras. Once escritoras,
donde recoge a autoras españolas e hispanoamericanas. ¿Qué las une?
–Son once autoras en lengua española, de ambos lados del océano, que han dado pasos muy importantes en la literatura para la voz de la mujer. Rosalía de Castro, por ejemplo, de la que tenemos esa idea de la poeta gallega bucólica y observadora del paisaje, pero que es la autora del primer manifiesto de literatura femenina. También incluyo a Alfonsina Storni o a María Zambrano, esta última primera mujer Premio Cervantes. Un premio en el que sólo han sido premiadas seis mujeres. Similar ocurre con Carmen Conde, admitida en la Real Academia Española en el año 1978, y desde entonces sólo ha habido once académicas. Es fuerte.
–Menciona igualmente, entre otras, a Elena Garro.
–La historia de Elena Garro es la historia más triste del libro. Todo se hizo en su contra. Es una gran poeta que nunca pudo publicar poemas… Ella tuvo una desgracia fundamental en su vida, que fue conocer a Octavio Paz, quien fue su marido. Él se ocupó de que no se publicaran los poemas de Garro y de que no se publicaran sus libros, hasta que los dos se separaron. Y en el 68, ante una movida política gorda que hubo con los estudiantes, el grupo de intelectuales, el grupo de Octavio, culparon a Garro de aquella movida. Ella tuvo que exiliarse, con su hija, pasando hambre. Una historia muy dura.
–De Argentina a Japón. Pasando por Sevilla. ¿Qué le ha aportado esta vida viajera a su literatura?
–Músicas del español. Creo que es un idioma muy grande. Y desde luego el español que se habla al otro lado del Atlántico es el andaluz. No se habla castellano.