Óliver Torres Dicen que tenía fiebre por una infección bucal... Rafa Mir Cualquier comparación con En-Nesyri es dañina
mano a mano fácil ante Dmitrovic; después, Óliver Torres choca como un infantil con César Montes y todo acaba en un disparo de rosca de Puado ante la mirada de Gudelj, que no llega ni a estorbarlo siquiera, aunque posteriormente se redimiera de ese pecado con algunos cortes providenciales en la segunda mitad.
Rekik y Gudelj, la pareja de Pamplona, sí, pero restaba un tiempo por delante y este Espanyol no está ahí en la clasificación por casualidad. Mendilibar saca a Acuña y En-Nesyri, dos de los mejores jugadores de los que dispone en su plantilla, mientras el técnico rival, Luis García, considera que Darder ya no puede más y lo saca del campo. Pese a los ner vios del comienzo de este segundo acto, ref lejados en una jugada en la que Joselu tiene dos opciones mal resueltas y en otro cabezazo fácil del nueve visitante, el Sevilla supo tener la paciencia para ir llegando hasta Pacheco.
Contaba el propio futbolista al finalizar el encuentro que había tenido fiebre por una infección en la boca y eso debe servirle, al menos, como eximente para algunas circunstancias que se dieron durante el partido. No pudo ser más inocente en el origen del 1-1, cuando pide que echen el balón fuera por Suso en lugar de hacerlo él. Y también en el infantil cuerpo a cuerpo antes del 1-2.
Mendilibar le dio una nueva oportunidad al gigante de Cartagena y lo sacó como titular para darle descanso a En-Nesyri. Y, oh casualidad, el Sevilla, sobre todo a través de Alex Telles, se hartó de colgar buenos balones al área, pero jamás estaba en su sitio y sus opciones de rematarlos eran nulas. El técnico lo quitó en el descanso con 1-2 y sacó al marroquí y es que la comparación no se resiste.