Los prometedores resultados en melanoma como punto de partida
2030 es la fecha tope que se ha marcado Moderna para poder ofrecer una serie de vacunas con la que aspira a dar un salto cualitativo en la atención a enfermedades de alta prevalencia. Es el caso del cáncer. Y, concretamente, del melanoma. Las previsiones de la farmacéutica es que su vacuna personalizada contra este tipo de cáncer, basada en ARN mensajero, podría estar lista para finales de esta década. Aunque aún se encuentra en fase clínica, los resultados son esperanzadores, ya que según los datos de su ensayo en fase 2, esta vacuna experimental, en combinación con la inmunoterapia, consigue reducir en un 44% el riesgo de recaída o muerte del cáncer de piel más letal. Desde la compañía estadounidense aseguran que están trabajando para desarrollar otras vacunas, también basadas en ARN mensajero, para combatir todo tipo de tumores, además de enfermedades raras, autoinmunes y cardiovasculares. Para probar su eficacia, el equipo internacional de investigadores del Centro Oncológico Perlmutter de la Facultad de Medicina de NYU Langone (EEUU), que fueron los encargados de exponer estos resultados en la reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, reclutó a 157 pacientes con melanoma cuyos tumores habían sido extirpados quirúrgicamente y que presentaban un alto riesgo de sufrir una recidiva. Cincuenta pacientes recibieron únicamente la medicación inmunoterapéutica (pembrolizumab) y 107 recibieron también la vacuna personali
zada. Entre todos ellos, el cáncer sólo reapareció en 24 sujetos (22,4%) en los dos años de seguimiento. Las otras 83 personas están libres de cáncer. En comparación con los 20 casos de 50 (40%) que solo recibieron pembrolizumab en los que reapareció el cáncer, esto supone una diferencia del 44% entre los dos grupos. Un dato que supone todo un avance ya que es la primera vez que se demuestra que una vacuna contra el cáncer tiene este nivel de beneficio.