Congreso de hermandades
Don Carlos Amifo convocó el primero a lo grande en 1999. Fue un éxito que se clausuró con la coronación canónica de la Estrella. Alguien propuso al cardenal Ratzinger como ponente, pero al final no se le invitó... Parecía demasiado polémico. Con el tiempo fue proclamado nada menos que Papa. El congreso acabó y monseñor Amigo fue elevado al cardenalato en menos de cuatro años.
El segundo congreso
Está convocado finalmente para principios de diciembre de 2024. Debía ser en octubre, pero el Sínodo obliga a posponer la fecha para no contraprogramar a Roma. Lógico. Con el cambio de fecha hemos perdido. El ambiente de la ciudad es más proclive a la causa en otoño que a las puertas del invierno. Sobre todo porque habrá procesión. Y tendremos las lucecitas de Navidad en todo lo alto. Hemos ganado el día festivo del puente de la Constitución, pero habrá que lidiar con la iluminación, como ocurrió con la última extraordinaria de la Patrona.
A nadie escapa que la habrá como clausura del congreso. Don José Ángel se siente fuerte. El nombramiento de dos obispos auxiliares de una tacada no es para menos. Pero debe calibrar bien qué tipo de procesión quiere. Cuando comenzó su pontificado se encontró con la gratísima experiencia de la Santa Misión del Gran Poder. Pero no conviene abusar de las salidas del Señor. Ocasiones ha habido en que hemos sacado grandes imágenes y las hemos sobreexpuesto innecesariamente. Mucho cuidado con esto. Que le pregunten a don Juan José con la Patrona... Piensen bien los especialistas que tienen perspectiva de las cosas. No todo funciona ni todo es conveniente. No juguemos. Una cosa es que la piedad popular sea el dique de contención de la secularización y otra muy distinta es que todo valga. Estudien, valoren y ref lexionen. En los acontecimientos extraordinarios se exige no meter la pata. O se puede interpretar que se hacen las cosas a mayor honor y gloria de alguien... Y no de un hito. Recuerdo cuando don Carlos tuvo que dar nada menos que marcha atrás a la idea de portar el cuerpo incorrupto de Santa Ángela en el paso de la Urna de la Hermandad del Santo Entierro. Al final se optó por la fórmula sensata de hacerlo en andas. Considere bien don José Ángel en qué jardín se mete y quiénes son los consultados.... Una cosa es entrar bien en la Archidiócesis y otra mantenerse. La idea de sacar al Gran Poder y la Macarena ya fue abortada por las propias hermandades para el vía crucis de 2000. Mejor orillar las megalomanías. Mejor dejar la Santa Misión como una de las experiencias más hermosas que hemos vivido con el valor añadido, además, de haberse celebrado tras una pandemia. ¿Necesitamos un tachiro siempre? Si el congreso no brilla por sí solo por su contenido intelectual, por los calidad de los ponentes y por los debates que pueda promover, a lo mejor lo que falla es el propio congreso.
Pregunta...
“No me resisto a preguntártelo, Fiscal, ahora que ha pasado el tiempo... ¿Te diste cuenta que el alcalde y el arzobispo se fueron al palquillo a contemplar el Santo Entierro Grande y dejaron al prelado emérito en el patio de San Antonio Abad? Nadie lo avisó. A mí me pareció rarito. Ay, ay, ay, que me sabe a Calisay. Verás tú, verás tú... que no las hueles”.