Cádiz y Málaga, las ciudades más ‘conservadoras’ de España
28M ● Junto a Valladolid, son las únicas capitales que en 45 años de ayuntamientos democráticos sólo han tenido tres alcaldes. En Granada, Orense y Las Palmas han sido doce
En puertas de las duodécimas elecciones municipales de la democracia, desde las primeras que se celebraron el 3 de abril de 1979, se pueden sacar algunas conclusiones de casi medio siglo de municipalismo constitucional. La Carta Magna es sólo cinco meses más veterana que los Ayuntamientos democráticos.
Cádiz y Málaga acogen a dos de las tres capitales más conservadoras de España. O, visto de otra forma, las que han gozado de mayor estabilidad municipal. Son las únicas en toda España, junto a Valladolid, que entre 1979 y 2023 sólo han sido regidas por tres alcaldes.
Carlos Díaz (Sevilla, 1935) gobernó las cuatro primeras legislaturas en el Ayuntamiento de Cádiz con las siglas del PSOE. En su segundo año de mandato se constituyó en esa ciudad la Junta de Andalucía presidida por Plácido Fernández Viagas. Veinte años fue alcaldesa Teófila Martínez (Santander, 1948), que encabezó la lista del PP. El vuelco fue radical en 2015 con la llegada de José María González Kichi (Rotterdam, Holanda, 1975), que ganó con la candidatura de Adelante Cádiz, marca de Podemos, y cumplirá su promesa de no estar más de dos mandatos, la fórmula de la presidencia de los Estados Unidos.
El socialista Pedro Aparicio (Madrid, 1942-Málaga, 2014)) estuvo al frente del Ayuntamiento de Málaga los mismos años que Carlos Díaz en Cádiz. En 1995 lo releva la popular Celia Villalobos (Benalmádena, 1949), que abandonaría el cargo en 2000 para incorporarse como ministra de Sanidad a uno de los Gobiernos de Aznar. La sustituyó de forma provisional Francisco de la Torre (Málaga, 1942), que desde entonces, casi siempre con mayorías absolutas, sigue al frente de la alcaldía de Málaga y ha anunciado su intención de presentarse de nuevo. Político veterano, formó parte de la Junta preautonómica, vivió como diputado en el Congreso la intentona golpista del 23-F. El año 2000, su primero como alcalde, sufrió el doble mazazo de perder a un concejal, José María Martín Carpena, y a su cuñado, el juez Luis
Portero, asesinados ambos por la banda terrorista Eta. De la Torre nació el mismo año que Joe Biden, Felipe González o Pedro Aparicio, el primer alcalde democrático de Málaga.
Si De la Torre sale reelegido superará los 24 años que estuvo Rita Barberá al frente del Ayuntamiento de Valencia, los 23 de Francisco Vázquez en La Coruña o de Joaquim Nadal en Gerona. En las cincuenta capitales españolas, sólo hay otro alcalde que lleva más tiempo que el regidor malagueño. Se trata de Miguel Anxo Fernández Lores (Vilalonga, Sanjenjo, Pontevedra, 1954), alcalde desde 1999 de la ciudad de Pontevedra por el Bloque Nacionalista Galego. En su mandato, se declaró persona non grata al gallego Mariano Rajoy cuando ocupaba la presidencia del Gobierno. Después de tres gobiernos conservadores (uno de la
UCD, dos del PP), Pontevedra también es un ejemplo de estabilidad municipal: con Huelva y Tarragona son las únicas capitales que en 44 años de Ayuntamientos democráticos han tenido cuatro alcaldes. En el caso de Huelva, se sucedieron los socialistas José Antonio Marín Rite, que después sería presidente del Parlamento Andaluz, y Juan Ceada, el popular Pedro Rodríguez, el fotógrafo que estuvo durante veinte años como indiscutible máxima autoridad municipal (1995-2015) y Gabriel Cruz, con el que el bastón de mando volvió a los socialistas.
En las municipales de 1995 el Partido Popular se hizo con los gobiernos municipales de las ocho capitales andaluzas, preludio del triunfo de Aznar en las generales de 1996 acabando con catorce años de gobiernos de Felipe González en la Moncloa. La derecha se resarcía del amargo triunfo de la UCD en las municipales de 1979, lista más votada en todas las capitales pero que no pudo gobernar por el tripartito de la izquierda suscrito a última hora por socialistas, comunistas y andalucistas.
En términos de estabilidad, el Ayuntamiento de Sevilla está en la zona media. Desde Luis Uruñuela hasta Antonio Muñoz ha tenido ocho alcaldes, igual que Bilbao, Cáceres, Cuenca, Jaén y Madrid. El caso más extremo de inestabilidad lo encontramos en Granada, Orense y Las Palmas de Gran Canaria, por cuyo sillón municipal han pasado nada menos que doce alcaldes.
El Ayuntamiento de Granada vivió todo tipo de avatares. Su actual regidor, el socialista Francisco Cuenca, lo ha sido en dos ocasiones y en ninguna como resultado del dictado de las urnas. Llegó primero en mayo de 2016 por la dimisión de José Torres Hurtado, del PP, inmerso en una presunta trama de corrupción urbanística, sustituido de forma interina por su compañero de grupo Juan García Montero, hermano del director del Instituto Cervantes, y después en julio de 2021 por la pérdida de confianza de Luis Miguel Salvador García, que fue alcalde por Ciudadanos con cuatro concejales sobre un pleno de 27.
El Ayuntamiento de Bilbao es el único que en 45 años de democracia local nunca cambió de signo político: ocho alcaldes, todos del PNV. 17 capitales españolas no han conocido la figura de la alcaldesa, no en el sentido machista de la antigua acepción del diccionario (mujer del alcalde) sino en el de mujer regidora de los destinos de su ciudad. Es llamativo el caso de las tres capitales del País Vasco, ninguna de las cuales ha tenido a una mujer al frente.
Este viaje por el municipalismo tiene un punto de prehistoria política, de arqueología. Hubo alcaldes de la UCD como los de Ávila o Segovia que lo fueron entre 1979 y 1983 y en ese periodo conocieron a tres presidentes del Gobierno: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González. En el caso de Ávila, los regidores que la gobernaron entre 1979 y 1991 lo fueron por partidos que ya desaparecieron: UCD, Alianza Popular, CDS. Hay dos alcaldes, los de Badajoz, Luis Movilla Montero, y de Santander, Juan Hormaechea, que lo habían sido antes de las municipales (en el tardofranquismo) y fueron ratificados por el sufragio universal de los votantes.
La política municipal es una escuela de política general. Con los alcaldes que fueron ministros se podría formar un verdadero Consejo de Ministros. Algunos lo fueron antes de llegar a sus alcaldías: Soledad Becerril, primera mujer en un Ministerio desde Federica Montseny, fue alcaldesa de Sevilla; Agustín Rodríguez Sahagún, ministro de Defensa y personaje de ‘Anatomía de un instante’, la novela de Javier Cercas sobre el 23-F, lo fue de Madrid; Juan Alberto Belloch, ministro de Interior con Felipe González, fue alcalde de Zaragoza. El caso de acaparador de cargos lo representa Jerónimo Saavedra: fue ministro con Felipe González, presidió el Gobierno de Canarias y fue alcalde de Las Palmas. La presidencia autonómica la perdió en beneficio de Manuel Antonio Hermoso, que había sido alcalde de Santa Cruz de Tenerife.
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