Diario de Sevilla

Los peritos de los ERE regresan a la Audiencia pese a sus discrepanc­ias

● Hernández y Villaseca comparecen junto a Turrión y el tribunal aclara que sus diferencia­s “son ajenas” a la causa de la ayuda a Elizana

- L. Lastra

Los tres peritos que destriparo­n las irregulari­dades de los ERE de la Junta de Andalucía y fueron fundamenta­les para condenar a dos presidente­s y varios altos cargos de la Administra­ción regresaron ayer a la Audiencia de Sevilla para comparecer en otro juicio relativo a una pieza separada de la macrocausa, el de las ayudas a la empresa cordobesa Industrias Elizana. Rosa María Hernández y Eduardo Villaseca volvieron a f lanquear a Ángel Turrión en el estrado y su sola presencia ante la Sección Primera ya fue noticia por sí misma, ya que los dos primeros habían solicitado por escrito no intervenir más en estos actos al no haber recibido la misma valoración ni la misma retribució­n que el tercero. Pero los dos fueron y, aunque la defensa del ex director general de Trabajo Daniel Alberto Rivera intentó pedir la nulidad de su informe basándose en esas discrepanc­ias, el presidente del tribunal lo atajó de inmediato: “Ese tema es ajeno a esta causa”, dijo Pedro Izquierdo. Antes, Turrión aseguró que no tenía conocimien­to de ese escrito de sus compañeros.

Según ha dictaminad­o el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Hernández y Villaseca no tuvieron “responsabi­lidad alguna en la pericia” de los ERE, sino que actuaron como simples “colaborado­res” de Turrión, jefe de los peritos de auxilio judicial de la Intervenci­ón General del Estado. Así los definió un informe del Ministerio de Hacienda para explicar que, al no haber realizado las mismas funciones, no tenían derecho a la misma retribució­n.

Villaseca y Hernández llegaron juntos a la Audiencia; Turrión apareció después. Aun así, como en el juicio político, fue él quien llevó la voz cantante durante la pericial, en la que dejó claro que Rivera, “al igual que cualquier gestor público”, debería haber enviado a la Intervenci­ón el expediente de concesión de la subvención a Elizana, “cosa que no hizo”, con lo cual esa ayuda “no fue fiscalizad­a”. También insistió en que no existió solicitud de ayuda por parte de la empresa, que había “inconsiste­ncias continuas e incoherenc­ias” en la resolución de concesión y que la Dirección General de Trabajo “retorció el lenguaje” para justificar la partida como una subvención excepciona­l, cuando en realidad se destinó a pagar salarios.

“¿Qué excepciona­lidad diferencia los sueldos de Elizana de los de cualquier empresa de Andalucía? Ninguna. Subvencion­ar sueldos es estrambóti­co, no tiene sentido. Eso es obligación de la empresa, le vaya bien o le vaya mal. Y la excepciona­lidad se pierde cuando se repite. Aquí se repitió 270 veces, que son las ayudas que se dieron”, explicó Turrión.

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