Las elecciones constituyentes dan la vuelta al tablero político en Chile
● La ultraderecha, representada en el Partido Republicano, se impone en unos comicios marcados por la falta de interés ciudadano
Pese a ser contrario al cambio constitucional y superando los mejores pronósticos, el ultraderechista Partido Republicano arrasó el domingo en las elecciones constituyentes de Chile y marcará el rumbo en la redacción de una segunda propuesta de nueva Carta Magna.
Unos comicios que estuvieron marcados por la falta de interés ciudadano y que voltearon el panorama político chileno.
Aupados por un discurso que apela directamente a la principal preocupación ciudadana hoy en día, el aumento de la violencia, los ultraderechistas se impusieron en la mayoría de las 16 regiones del país, incluso en feudos progresistas como Valparaíso.
El Partido Republicano, creado en 2019 y defensor del modelo neoliberal instalado en la dictadura (1973-1990), consiguió el 35,2% de los votos y 22 de los 51 consejeros, lo que le da poder de veto en el órgano.
“Que nunca más el sectarismo se apodere de nuestra patria”, dijo su líder, José Antonio Kast, quien perdió contra el presidente Gabriel Boric en la segunda vuelta de 2021.
Claudia Heiss, de la Universidad de Chile, calificó el resultado de “tsunami republicano” y aseguró a Efe que Kast “sale muy fortalecido” de cara a las presidenciales de 2025.
“Siempre hemos querido lo mejor para Chile, por eso nunca quisimos un proceso constitucional”, subrayó Luis Silva, uno de sus consejeros más votados.
EL DILEMA DE LA DERECHA TRADICIONAL
La derecha tradicional, integrada en la coalición Chile Vamos (UDI, Renovación Nacional y Evópoli) sufrió el domingo la peor de sus pesadillas: el sorpasso de la ultraderecha, que ya ocurrió por primera vez en las últimas presidenciales.
Con el 21% de los votos y 11 consejeros, los conservadores tienen que elegir entre “juntarse con la extrema derecha más intransigente o ponerle una barrera y quedarse en el centro”, indicó a Efe Federica Sánchez, de la Universidad Alberto Hurtado.
Si deciden acercarse a los republicanos, ambas fuerzas superarán los tres quintos del consejo constitucional y podrán aprobar las normas sin necesidad de pactar con la izquierda, que dominó el proceso anterior y hoy está debilitada.
Boric se implicó mucho en el pasado proceso e hizo campaña a favor de la primera propuesta constitucional, que finalmente fue rechazada en un plebiscito en septiembre.
Esta vez, apenas se ha inmiscuido en un intento por evitar que la votación se convirtiera en un referéndum sobre su gestión y que los partidos que le sustentan en el poder acusaran su baja aprobación.
Lo consiguió a medias: la lista oficialista (Frente Amplio, Partido Comunista y Partido Socialista) quedó en segundo lugar, con el 28,5% de los votos y 17 escaños, pero la lista de la centro-izquierda no consiguió entrar en el consejo por su baja votación.