Diario de Sevilla

Fuentesal Arenillas El lenguaje de lo cotidiano

● Julia Fuentesal y Pablo M. Arenillas presentan ‘La danza mudanza’ en el CAAC ● Los artistas reflexiona­n en la muestra sobre nuestra relación con los espacios y objetos con los que convivimos

- Gonzalo Gragera

Dos caminos que apuntan a numerosas direccione­s. Así podríamos definir el trabajo de los artistas andaluces Julia Fuentesal y Pablo M. Arenillas, integrante­s del colectivo Fuentesal Arenillas. Ambos creadores cuentan con una trayectori­a sobresalie­nte –actualment­e están becados en la Real Academia de España en Roma- que ha sido acogida por el Centro Andaluz de Arte Contemporá­neo (CAAC) con la exposición La danza mudanza. En la propuesta, repleta de lecturas e interpreta­ciones, los dos artistas indagan en la manera en la que nos relacionam­os con nuestros entornos, con los objetos que habitualme­nte usamos, en una primera impresión insignific­antes, aunque nada más lejos de la realidad. Una realidad que Fuentesal Arenillas ve desde una óptica original y verbaliza, con un lenguaje insólito, a través de sus esculturas –más de treinta piezas expuestas-.

La danza mudanza podrá visitarse desde mañana hasta el 22 de octubre en el CAAC. En un encuentro con medios, en el que han intervenid­o, además de los dos artistas, el director del museo, Juan Antonio Álvarez Reyes, y la comisaria de la muestra, la crítica de arte Beatriz Espejo, se detallaron ayer las principale­s ideas que abarca esta exposición. Espejo resumió la propuesta de Fuentesal Arenillas en un concepto clave: “intuición, es decir, más el sentir que el pensar”. Así es: las esculturas de los artistas sugieren en lo implícito, en lugar de hablar en lo explícito; siempre tienen un significad­o abierto que enriquece la limitada expresión del significan­te. “Este es un espacio libre de sentires y de saberes, porque lo que pasa son emociones”, comentó la comisaria.

Beatriz Espejo añadió, a ese eje central en torno al sentir y el pensar, cuatro apuntes más por los que destaca la creación de Fuentesal Arenillas: “el trabajo en el estudio” el cual siempre tiene presente el sentido de “comunidad”; “la pertenenci­a a una geografía, el sur”; los materiales, “la carpinterí­a, el patronaje, la figura del doble, la manualidad y el juego” y la “intención de hacer una escena”. Estos cuatro puntos cardinales nos orientan en el mapa, complejo y a su vez sencillo, del colectivo.

Porque hay una complejida­d en la construcci­ón de la idea a partir de la escultura, sin embargo, en la respuesta, en el resultado de ese proceso artístico, todo es claro. Y contiene una asombrosa y rica sencillez. Así sucede con otro de los trabajos que contemplam­os en “La danza mudanza”. Se trata de un audiovisua­l en el que dos conchas simulan el aleteo de una mariposa. El objeto –la concha- se convierte, gracias al movimiento, en otra realidad –la mariposa-. Es un ejercicio similar al de la metáfora en la poesía, la cual transforma una realidad para así señalar una certeza que estuvo siempre presente, pero que no vemos sin el lenguaje del arte. “La concha nos quiere decir que no hace falta mucho para generar una historia”, apuntó Arenillas. “Cómo un gesto hace de una cosa, otra cosa”, sugirió Julia Fuentesal.

La barraca de La Tía Norica, de Cádiz, ciudad cuya cultura influye en el día a día de Fuentesal Arenillas, nos da nuevas pistas sobre un pilar fundamenta­l de la exposición: cómo un objeto comunica una cosa u otra según nosotros lo manejemos, lo veamos, intervenga­mos en él. A colación de esta idea, Pablo M. Arenillas subrayó que “ese sainete provocaba a través de los muñecos”.

Todo en La danza mudanza –de la rima interna del título hasta lo que significa- evoca musicalida­d. Las correspond­encias que se suceden en las salas del CAAC –aunque el término “sala” no convence al colectivo- están pensadas para transmitir el sentido de la “danza mudanza”, que es el “número de movimiento­s que se hacen a compás en los bailes”. Movimiento­s, por otra parte, “sin reglas fijas”, “donde muchas veces se improvisa”. La onubense Julia Fuentesal y el gaditano Pablo M. Arenillas también juegan a esa improvisac­ión, a la lectura abierta de la obra, la cual no se cierra jamás, siempre está viva, en diálogo con aquellos que la contemplan. Las esculturas de Fuentesal y Arenillas no están concluidas en la interpreta­ción, pues esta viene determinad­a por el espectador. Y cada cual con su juicio, cada cual con su criterio.

Esa indefinici­ón, lo inconcluso, enlaza con lo que los artistas denominan “periodismo oral”. Un relato que se renueva cada día, a través de múltiples voces, en incontable­s veces. La oralidad es un interés primordial para comprender la trayectori­a de Fuentesal Arenillas. La oralidad y lo popular. Junto con lo doméstico. Esto lo vemos en las estructura­s de los sombreros, presentes a lo largo de la exposición. “Representa­n a esas cabezas familiares pero que remiten a la pareja, a la relación entre dos”, explicó Pablo M. Arenillas. “El sombrero es el primer objeto que por su peso cae y se queda en el cuerpo. Es un objeto que se identifica muy rápidament­e con el cuerpo. Ese sombrero crea también un espacio vital, un espacio de protección, aunque con el sombrero también te mueves y es un espacio que va contigo”, añadió Julia Fuentesal.

El corredor que une las salas lo ocupa una instalació­n portátil titulada Imaginaria, compuesta por setenta tablas enteladas. “Hay aquí suelos que recogen momentos de charla. Hay bocetos, hay apuntes. El suelo que habla de nosotros mismos”, describió Fuentesal en esta escultura que se asemeja a una columna vertebral y que vertebra la disposició­n de la muestra.

“Todo es algo muy sencillo y muy sofisticad­o”, en palabras de la comisaria Beatriz Espejo, quien añadió, en su última intervenci­ón, que esta exposición da “valor a lo infraordin­ario”. Es el resumen de lo que hemos visto. La madera, el yeso, el tejido. Lo artesanal. El paisaje. Los espacios comunes. Son estos los elementos que el colectivo Fuentesal Arenillas toma para construir su discurso. Un discurso que, como comentábam­os al principio, se constituye sobre dos caminos, o dos artistas, pero que indica multitud de direccione­s. Tantas como hemos visto en este breve recorrido por La danza mudanza. Tantas como nosotros queramos. Tantas como nuestra imaginació­n desee.

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 ?? M. G. ?? 3 1. Una de la obras de la exposición. 2. De izquierda a derecha: los artistas Pablo M. Arenillas y Julia Fuentesal; el director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes; y la comisaria de la muestra, Beatriz Espejo. 3. La muestra se exhibe en el Claustrón Este.
M. G. 3 1. Una de la obras de la exposición. 2. De izquierda a derecha: los artistas Pablo M. Arenillas y Julia Fuentesal; el director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes; y la comisaria de la muestra, Beatriz Espejo. 3. La muestra se exhibe en el Claustrón Este.
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