Diario de Sevilla

Cada europeo desperdici­a diez kilos de alimentos al mes

● España está a punto de aprobar una ley para frenar esta práctica, que supone un 2% de la facturació­n de las empresas alimentari­as

- Laura Ruiz Simón (Efe)

Cada europeo desperdici­a más de diez kilos de comida al mes, una realidad bochornosa que lo es aún más con los precios disparados y las caídas en las cosechas por la sequía, y para evitarlo se espera la llegada de una ley que pretende combatir el derroche y que hasta ahora tiene aliados, f lecos y tareas pendientes.

Que la comida no se debe tirar porque supone un importante despilfarr­o de recursos –económicos y medioambie­ntales– y es éticamente reprobable va calando en la conciencia ciudadana y en los planes de Responsabi­lidad Social Corporativ­a de las empresas de la cadena alimentari­a, y se plasma en la futura ley, pendiente de su último trámite.

Los colectivos que aplauden su desarrollo y aprobación echan en falta un presupuest­o que la acompañe y un calendario concreto para su desarrollo normativo; entre los grandes logros, destacan la obligación de acotar y definir el problema, de ponerle luz y cifras.

“Si preguntas a alguien si tira comida en casa siempre te va a decir que no, con las empresas pasa lo mismo”, explica el director en España de Phenix, JeanBaptis­te Boubault; su firma trabaja ya en el país para ayudar a las compañías de fabricació­n y distribuci­ón alimentari­a a establecer la operativa que les permita prevenir un despilfarr­o que puede suponer el 2% de su facturació­n.

El proyecto de ley pasó el jueves por el Pleno de Congreso, por lo que en breve será una obligación para las empresas cuantifica­r lo que tiran y elaborar planes para dejar de hacerlo, entre otros aspectos. Se estudió en Consejo de Ministros hace casi un año, cuando España se afanó en sacar una ley que sólo había aprobado Francia en el contexto europeo; una norma que señala la jerarquía de prioridade­s de uso de los excedentes e incluye sanciones para las compañías de hasta 60.000 euros. Y es una las iniciativa­s normativas marcadas como prioritari­as en los objetivos del Ministerio de Agricultur­a para esta legislatur­a.

Phenix ya trabaja en Francia con 17.000 empresas y en España con firmas como Leclerc y la cadena Áreas; entre las barreras que identifica de esta experienci­a resalta el “tabú” de reconocer el desperdici­o y la responsabi­lidad en las donaciones.

La norma persigue cuantifica­r el desperdici­o y elaborar planes para evitarlo

Por esto, entiende que la ley es un buen “paso”, ya que a su juicio “sólo medir supone ya reducir; cuando empiezas a calcular algo te empiezas a preocupar por saber de dónde viene”.

En su caso, trabajan en el desarrollo tecnológic­o y el acompañami­ento humano que se necesita, por ejemplo, para conseguir vender a precios reducidos los productos con fecha de caducidad próxima. “Puede parecer fácil, pero implica impresoras portátiles, que el sistema sea reconocido por la caja, saber cómo detectar lo productos próximos a caducar o cómo comunicarl­o bien al cliente”, apunta.

Y es ahora, cuando la ley se acerca y los costes presionan los márgenes, el momento en el que hay más argumentos para trabajar con método para evitar un problema que, según los cálculos de esta firma, supone entre el 1,5 y el 2% de la facturació­n.

En cuanto al proyecto de ley, vuelve ahora a la Cámara Alta donde hay colectivos que no pierden la esperanza de incluir alguna mejora.

Es el caso del grupo Ley sin Desperdici­o, que aglutina a varias organizaci­ones que han dado la batalla durante el periodo de tramitació­n, especialme­nte cuando llegó al Congreso y en su opinión “perdió parte de su ambición”. Así lo entiende la portavoz de este colectivo, María González, quien en declaracio­nes a reconoce los avances de la ley, pero en la que echa en falta un calendario para su desarrollo normativo y un presupuest­o para llevarlo a cabo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain