La rotundidad de Emilio de Justo y la raza de Roca Rey triunfan en Valladolid
El extremeño y el peruano cortaron tres orejas cada uno mientras Talavante se fue de vacío
Emilio de Justo continúa su idilio con los garcigrandes. Tras su reciente triunfo en Las Ventas, ayer en Valladolid firmó también una rotunda faena a un excelente ejemplar de la misma ganadería. En el segundo de la tarde hubo una comunión perfecta entre De
Justo y Fanfarrón, un toro mal picado que luego fue muy bravo en la muleta, de gran fondo. El extremeño lo cuajó a placer en una faena rotunda y maciza por ambos pitones. Todo se lo hizo muy por abajo sobre la diestra, con mando y trazo largo. Al natural también firmó grandes momentos, así como un precioso epílogo. Se volcó sobre el morrillo. Dos orejas a ley.
Muy mermado el quinto, con problemas en los apoyos delanteros, De Justo puso lo que le faltaba al animal, tirando de su embestida con suavidad, afianzándolo y administrando a la perfección tiempos y alturas. Los momentos más brillantes llegaron al natural y en el tramo final sobre la diestra. Otro contundente espadazo. Oreja.
Difícil papeleta para Roca en el tercero, pero el peruano realizó un quite por chicuelinas y tafalleras, con una caleserina de propina. Empujó con fijeza en el peto este tercero. Faena intermitente en la que hubo momentos en la que el limeño estuvo acelerado, pero predominó el temple y la ligazón. Fue in crescendo, ayudó la encastada embestida del animal, hasta llegar al arrimón final. Se tiró con la espada muy de verdad siendo feamente prendido. Dos orejas.
El que cerraba plaza, que se empleó bien en varas, cantó la gallina buscando los toriles. Roca lo sujetó en los medios y a base de técnica le sacó partido, tapando carencias de su oponente. Faena en la que afloró la voluntad y la entrega sobre el lucimiento. Oreja