...Y LLEGA EL DERBI DE LA EUFORIA Desde mi córner

IDÉNTICA película a la de aquel jueves de Feria de hace diecisiete años, aun con la dolorosa ausencia del héroe de entonces. En esta ocasión no hubo un protagonista especial, pues todo el rol fue acaparado por el Sevilla y su gente. Ya sólo quedaría rematar la faena en el Puskas Stadion el 31 de mayo, día siguiente de San Fernando, el rey que va en el escudo de la entidad. Conque a prepararse para ese día ya marcado en rojo en todos los almanaques.

Lo que ha conseguido José Luis Mendilíbar en mes y medio va de cabeza a los anales que archivan la vida y milagros del entrenador del fútbol, de todos los entrenadores, no sólo este vasco bañado por la normalidad y el discurso directo. Y lo raro es que no se sabe a qué espera la autoridad para hacerle un contrato de larga duración. Mendilíbar ha conseguido que con los éxitos llegue la paz social y que ya Pepe Castro pueda salir a la calle sin temor a que surja cualquier impertinente.

Si aquella noche con los alemanes del Schalke, el zurdazo de Puerta llegó en el minuto 100, en esta ocasión fue cinco minutos antes el testarazo de Lamela que hubiese firmado Carlos Santillana, o aquel Juan Araújo del pasado siglo que convertía en oro situaciones que no pasaban del cobre. Pero Mendilíbar, en castellano con su tilde, ha cambiado la situación de una manera increíble para pasar del temor al segundazo a la posibilidad de conseguir La Séptima para el Sevilla.

Y ahora, derbi. Sin duda alguna, la clasificación del Sevilla para una nueva final continental le da un plus de interés a ese partido de partidos. Si no cupieran más elementos para el interés, el estado anímico del Sevilla hace que vivamos un derbi pluscuamperfecto. Del drama que se presentía cuando Sampaoli hacía y, sobre todo, deshacía se va a un estado de euforia para recibir al eterno en óptimas condiciones. Antier, fiesta en Nervión, mañana derbi, ¿hay quien dé más?

La remontada que el Sevilla ha logrado pinta el choque de mañana de forma muy distinta