Diario de Sevilla

Activistas climáticos alemanes denuncian su “criminaliz­ación”

La Policía ha efectuado 15 registros domiciliar­ios a raíz de una investigac­ión de la Fiscalía de Múnich

- Clara Palma (Efe) BERLÍN

Los activistas climáticos del colectivo Última Generación denuncian una estrategia de “criminaliz­ación” de las autoridade­s alemanas tras unos registros domiciliar­ios amparados por la sospecha de que integran una “organizaci­ón criminal” y entre especulaci­ones acerca de una eventual prohibició­n.

“De repente te despiertas porque están aporreando tu puerta”, relató Carla Hinrichs, portavoz del colectivo, en un vídeo difundido en Twitter. “De repente hay un policía con chaleco antibalas ante tu cama y te apunta con un arma”, agregó.

La de Hinrichs fue una de las 15 viviendas registrada­s el miércoles por la Policía en siete regiones como parte de una investigac­ión de la Fiscalía de Múnich contra siete integrante­s del grupo ecologista, sospechoso­s de conformar y apoyar a una organizaci­ón criminal.

La página web de los activistas –conocidos popularmen­te como Klimaklebe­r o pegadores climáticos por su estrategia de pegarse al asfalto para cortar carreteras– también ha sido desactivad­a y remite ahora a la de la Policía bávara, y varias de sus cuentas bancarias han sido congeladas.

Según la Fiscalía muniquesa, los investigad­os son responsabl­es de recaudar por lo menos 1,4 millones de euros en donativos para la organizaci­ón, empleados para cometer actos delictivos, ya que los activistas han tratado de cortar oleoductos y lanzado pintura contra edificios u obras de arte.

No obstante, según juristas y expertos, la mayoría de las acciones del grupo se encuentran en la zona gris de la desobedien­cia civil y sus objetivos –como la instauraci­ón de un límite de velocidad en autovías– difícilmen­te pueden considerar­se criminales.

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