Diario de Sevilla

El Madrid sufre y reina

● Lunin detiene dos penaltis a Bernardo Silva y Kovacic y mete a su equipo en las semifinale­s ● Rodrygo marcó y De Bruyne forzó la prórroga

- M. S. Gómez (Efe) Campeones de Europa.

El Manchester City es el campeón de Europa, pero el Real Madrid es el rey. Y cuando este parece estar muerto y con la corona a punto de resbalarse de sus dedos, resiste hasta el último aliento y, en una tanda de penaltis inverosími­l tras decena de ocasiones de los ingleses, emerge para acceder a semifinale­s.

Los blancos, que sufrieron durante 120 minutos y durante los dos primeros lanzamient­os de la tanda, con el gol de Julián Álvarez y el fallo de Luka Modric, acabó encaminado hacia las semifinale­s contra el Bayern Múnich, con un descomunal Bellingham y un Rüdiger que no sintió la presión del último lanzamient­o.

Poco o nada se parecieron los primeros diez minutos de este partido a lo que ocurrió el año pasado, cuando el City se hartó a dar pases y a acongojar a un timorato y rendido Real Madrid. Le plantó cara al campeón del triplete, domó la pelota y evitó una salida en trompa. Desactivó el factor campo y golpeó a la primera que tuvo.

Pasado el minuto doce, Carvajal, sin complicaci­ones, pegó un pelotazo que pilló al City despreveni­do. Era una bola sin aparente peligro, pero Bellingham, desde el carril del diez, la bajó como Zidane. Acomodó la pelota, combinó con Valverde y el uruguayo dio vida a Vinícius por dentro. El brasileño puso un centro duro que Rodrygo remató de primeras para estamparse en Ederson. La pelota quedó viva y en los pies de Rodrygo, que empujó a placer.

Comenzó entonces el ejercicio de superviven­cia definitivo. El City había marcado en el 97% de los partidos que ha jugado desde su última derrota. Tenía que marcar. Haaland cabeceó al larguero, Lunin se estiró contra De Bruyne y Rüdiger bloqueó en el último momento un disparo de Grealish. El City coqueteó con el gol e implantó una sensación de miedo permanente en el área del Madrid, que no paraba de recibir balones y sufrir con cada parada en dos tiempos de Lunin y con cara encare de Grealish y Doku a Carvajal.

Cuando el belga se deshizo de Carvajal y fue Valverde el que le cerró, llegó el problema. Doku encaró al uruguayo, le dejó atrás y puso un centro que Rüdiger expulsó

El Real Madrid es el equipo que más vigentes campeones ha eliminado

como pudo. Camavinga no persiguió a De Bruyne y el belga, con un caramelo dentro del área, la estampó en la red, en un disparo imposible para Lunin.

El Madrid, que llevaba embotellad­o toda la segunda parte, se asomó al abismo. Y De Bruyne pudo darle el empujón. Un remate suyo solo, desde el punto de penalti, pasó por encima del larguero para sorpresa de todo el Etihad, que saboreó el 2-1 desde que la pelota rondaba su pie.

Entre baño y baño del City, llegó la prórroga. Otros treinta minutos de sufrimient­o, otros treinta minutos de aguantar con Bellimghan fundido, todos atrás y un Vinícius que se lesionó en la tercera carrera que perdió en la noche con Walker.

Su imagen, yéndose perdiendo todo el tiempo posible, fue el mejor reflejo del Madrid que, incluso en estas circunstan­cias, estuvo a punto de poner el 1-2 en un remate de Rüdiger a centro de Brahim.

Ya en la segunda mitad de la prórroga, Carvajal se quedó tieso y Ancelotti tuvo que recurrir a Éder Militao como solución de emergencia, mientras que Guardiola quitó a De Bruyne y metió a Kovacic para tener aún más control.

Con los dos equipos fundidos, la eliminator­ia se fue a penaltis. Y con el último aliento, pasó el Real Madrid.

Ni tirando primero, ni con Modric fallando su primer lanzamient­o, el City fue capaz de destronar al rey. Al fallo del croata fue seguido por un error incomprens­ible de Bernardo, que tiró a las manos de Lunin, y por un paradón del ucraniano, héroe de la noche, a Kovacic. Bellinhgha­m, Nacho y Rüdiger no fallaron y el Madrid, casi sin saber cómo, vuelve a las semifinale­s. Sí, el City es el campeón, pero el Madrid es el rey.

 ?? PETER POWELL / EFE ?? Lunin adivina el disparo de Kovacic después de pararle otro penalti en la tanda a Bernardo Silva tirado a lo Panenka.
PETER POWELL / EFE Lunin adivina el disparo de Kovacic después de pararle otro penalti en la tanda a Bernardo Silva tirado a lo Panenka.

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