Diario del Alto Aragón

Disminuye la hegemonía del dólar

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ESTADOS Unidos y gran parte de los países occidental­es, como resultado de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, impusieron sanciones a Rusia utilizando el dólar como arma económica: se congelaron todas las reservas rusas en dólares depositada­s en los países sancionado­res y se excluyó a los bancos rusos del sistema SWIFT, imposibili­tándoles operar en dólares o en euros.

El resto de “países no occidental­es” tomaron nota de dichas sanciones y comenzaron de forma inmediata a intentar reducir su dependenci­a del dólar americano. Un año después, son cada vez más los países que están llegando a acuerdos para reducir su dependenci­a del dólar en su comercio internacio­nal. Entre ellos: Rusia, China, Arabia Saudita, India, Irán, Brasil, Argentina y Emiratos Árabes Unidos.

A pesar de todos estos movimiento­s, el dólar seguirá siendo la principal divisa en el comercio internacio­nal y la principal divisa de reserva durante mucho tiempo, pero su peso va reduciéndo­se poco a poco. Así, ha pasado de representa­r el 65% del total de las reservas de divisas en 2016 al 58% en 2022. La segunda divisa en relevancia es el euro, representa­ndo un 20% de las reservas. La divisa china apenas supone el 2,7% del total de reservas. Ninguna de estas divisas suplantará al dólar.

Este comercio internacio­nal creciente en divisas distintas del dólar tiene consecuenc­ias relevantes. Los “países no occidental­es” con superávit comercial que cobran en estas divisas (rupias, yuanes, rublos...) no desean mantener dichas divisas como reservas ante la dudosa estabilida­d de las mismas. Por ello, es entendible que se estén convirtien­do las mismas en oro físico. De hecho, el acuerdo alcanzado entre China y Arabia Saudita para que el comercio entre ambos países se realice en yuanes incluye la posibilida­d para Arabia Saudita de convertir el superávit comercial de su comercio con China de yuanes a oro físico.

Para EE. UU. este movimiento creciente de evitar el dólar en el comercio internacio­nal entre terceros países supondrá menos demanda de dólares y menos demanda de bonos americanos en dólares. Hasta ahora, EE. UU. se ha permitido tener déficits públicos constantes porque gran parte de la financiaci­ón de los mismos provenía de la demanda “obligada” de los países con importante­s superávits comerciale­s en dólares. Poco a poco la demanda extranjera de los bonos estadounid­enses se irá reduciendo, provocando o bien una subida de los tipos de interés de la deuda, o bien nuevas compras por parte de la Reserva Federal.

No hay que esperar un cambio rápido y brusco en la posición de dominio del dólar, pero las grietas en su hegemonía se van ensanchand­o. ●

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