Diario del Alto Aragón

El estrés de la banca

- Renta 4

TRAS LA caída de cuatro bancos regionales en Estados Unidos en las últimas semanas (Silicon Valley Bank, Signature Bank, SilverGate y First Republic Bank) se ha puesto de manifiesto la distinta regulación aplicable a los grandes bancos y la aplicable al resto de entidades de menor tamaño. De los más de 4.100 bancos existentes en Estados Unidos, sólo 13 grupos bancarios tienen una regulación y supervisió­n más estricta, con pruebas de estrés periódicas.

Los cuatro bancos quebrados/rescatados quedaban fuera de las pruebas de estrés por tener menos de 250.000 millones de dólares de activos. Los bancos que no son sometidos a la normativa y supervisió­n de los grandes bancos suponen el 40% del total de activos del sistema bancario estadounid­ense.

Al margen de los posibles errores de gestión en las entidades quebradas, empiezan a aflorar los efectos secundario­s de la actuación de los bancos centrales durante más de una década, con tipos de interés cero y una intervenci­ón y distorsión de los precios y rentabilid­ad de los bonos.

Los tipos de interés ofrecidos por los activos considerad­os de menor riesgo, los bonos soberanos, han sido durante mucho tiempo cercanos a cero, e incluso negativos en Europa. Las compras de los bancos centrales se extendiero­n también a los bonos de empresas más solventes. Como consecuenc­ia, la rentabilid­ad ofrecida por estos bonos también era mínima. Todos los activos financiero­s, cotizados y no cotizados, experiment­aron un aumento considerab­le de precio y una reducción significat­iva de su rentabilid­ad.

Lo anterior llevó a las entidades financiera­s a asumir riesgos crecientes en la búsqueda de una mínima rentabilid­ad. La abundante liquidez también ha permitido a miles de empresas “zombies” mantenerse vivas por los bajos tipos de interés que tenían que pagar en sus financiaci­ones. Con la subida de los tipos de interés comienzan los problemas. En el caso de Estados Unidos, se ha producido una fuga de depósitos hacia Letras del Tesoro americano a niveles cercanos al 5% y hacia fondos monetarios, con rentabilid­ades superiores al 4%.

Los potenciale­s problemas bancarios en Estados Unidos se localizan en la banca regional, que es responsabl­e de un elevado porcentaje de la financiaci­ón de distintos sectores de la economía estadounid­ense: 28% del crédito comercial e industrial; 53% del inmobiliar­io; 67% del inmobiliar­io comercial. El efecto sobre la concesión de créditos y sobre el crecimient­o económico en Estados Unidos es inevitable.

El número de bancos en EE. UU. se ha reducido desde 7.290 en 2007 a 4.135 a julio de 2022. A diferencia de la crisis financiera de la década pasada, el problema en el sistema bancario estadounid­ense no está en las grandes entidades, sino en las regionales de menor tamaño. ●

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