“Te citan para análisis y ya te mandan taxi para recogerte”
Almudévar ofrece transporte a los vecinos de tres pueblos para ir a votar y presta un servicio todo el año para hacer gestiones
TOMAN CAFÉ a media tarde juntas en la terraza del bar de Valsalada para compartir sus vivencias, uno de los tres pueblos de colonización, junto con San Jorge y Artasona del Llano, que conforman, con Almudévar, este municipio. Son un grupo de mujeres, algunas sin carné de conducir, que utilizan el servicio municipal de taxi del Ayuntamiento para ir a Almudévar cada tres semanas a hacer gestiones. Ahora, todavía no saben si necesitarán el servicio para acudir del 28-M a su mesa electoral o se apañarán con familiares. No obstante, Almudévar es uno de esos municipios que ofrecerá el servicio a los tres núcleos si hay demanda, confirma su alcalde, Antonio Labarta, que tras doce años ya no se presenta a la reelección.
Rosa Oliva, de 67 años, llegó con dos años y medio a esta localidad fundada en 1957 y, ahora, sus dos nietos corren por las calles. Conforman la cuarta generación de una familia, que sigue cultivando la tierra. Rosa se casó hace 33 años con otro vecino de Valsalada y la mujer de su hijo también es del pueblo. Ella tiene coche, pero valora la importancia del servicio para las personas mayores, especialmente. Ella misma lleva a otras vecinas cuando van a las actividades de las amas de casa.
Lola Salas, de 75 años, llegó con su marido y sus cinco hijos a llevar el bar y el teléfono público. Cada una tiene una historia que confluye en una localidad levantada por sus vecinos de la nada y donde el sentimiento de unidad es uno de los pilares de su convivencia. Por ello, quizá, el próximo domingo nadie necesite el taxi porque se apañen. Sin embargo, Lola también pone en valor su existencia, así como el taxi que utiliza cada tres semanas para ir a comprar o hacer gestiones a Almudévar. “Y el médico te cita para hacerte análisis y ya te manda el taxi para recogerte”, indica Lola, para la que estos servicios facilita la vida de la gente mayor en los pueblos. Si no, “dependo de mis hijos o de los vecinos”, apunta con resignación. ●