Reencuentro de compañeros de Magisterio en Huesca

Promoción 1977-80. Parece mentira cómo un encuentro de compañeros, después de 43 años de acabar magisterio, nos ha permitido revivir un pasado que parecía muy lejano en el tiempo y nos ha ido acercando a esos días en los que iniciamos un recorrido con la ilusión de convertirnos en maestros, caminando juntos y mirando al futuro, pero disfrutando del momento. Creo que es esta la razón por la que recordamos a las personas con las que hemos convivido, conservando en nuestra mente sus rostros y guardando en nuestro corazón momentos realmente mágicos.

He de reconocer que, antes de reunirnos, tenía miedo de no recordar algunas escenas vividas que iban a ser comentadas, con toda seguridad, y me asaltaba la duda de si haría una buena asociación de los nombres con unas caras desdibujadas por el tiempo. Sin embargo, a medida que íbamos hablando, los recuerdos parecían cada vez más claros e iba recuperando esos episodios con un mayor grado de detalle.

Por otra parte, me he sentido satisfecha de ese contacto personal que me ha aportado: bienestar, emoción y esa química, tan importante en la relación de las personas, que a través de whatsApps u otros tipos de redes sociales nunca podemos percibir de igual manera. Ver esas caras, que son una lupa de emociones, me ha ayudado a conectar más rápidamente.

No pretendo alargarme mucho porque no creo que pueda añadir nada nuevo a lo que todos mis compañeros piensan de este reencuentro. Simplemente, será una crónica que guardaremos para tener constancia de que un día logramos hacer realidad el sueño de recordar juntos anécdotas, vivencias y momentos que nos vinculan y que siempre formarán parte de nuestra vida.

Que esta frase de Mario Benedetti “Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida” nos mueva a un nuevo reencuentro. Gema Abad Ballarín