Seis momias muestran en Zaragoza cómo se vivía en el Antiguo Egipto
◎ El CaixaForum exhibe una muestra que tiene fondos del Museo Británico ◎ La exposición, que ha viajado por toda España, aúna arqueología y ciencia
ZARAGOZA.- La exposición Momias de Egipto: Redescubriendo seis vidas, con fondos del Museo Británico, culmina en CaixaForum Zaragoza su recorrido por toda España en una muestra que aúna ciencia y arqueología, con una tecnología puntera que disecciona seis momias para explicar cómo era la vida en el Antiguo Egipto.
Esta muestra informa sobre la idea de la momificación y el concepto de la muerte y del más allá en esta civilización a través de seis momias, que se exhiben junto con algunos de sus sarcófagos y más de 260 objetos encontrados en sus tumbas y yacimientos, todos ellos pertenecientes a la colección del museo londinense.
Las momias datan de la época más reciente de esta civilización de la Antigüedad, desde la Dinastía XXII, en torno al 800 antes de Cristo, al Egipto romano, entre el 40 y el 55 antes de Cristo.
“La arqueología ya no busca tesoros: busca historias de vida”, mostrar la vida cotidiana de las personas en el pasado, dijo ayer la directora general adjunta de la Fundación la Caixa, Elisa Durán.
Los egipcios también tenían cáncer y colesterol
Como curiosidad, además de cómo preparaban a las personas para el más allá en el Egipto faraónico, la muestra descubre las causas de fallecimiento de los egipcios, que en muchos casos no son tan diferentes a las actuales, ya que aparecen enfermedades cardiovasculares, colesterol o cáncer.
Durán destacó ayer que, desde el descubrimiento de la ‘Piedra Roseta’ por el ejército napoleónico en el año 1799, que marca “un antes y un después” en la historia, “no ha dejado de crecer el interés hacia el Antiguo Egipto” entre la población.
Así, esta nueva exposición en la capital aragonesa propone retomar la idea romántica de “conversar” con las momias y que estas cuenten a los visitantes sus secretos y cómo era su día a día y su preparación para el más allá.
Y consigue todo ello a través de una tecnología que permitirá a todos los interesados ver detalles que hasta ahora eran “desconocidos”.
Una tecnología que disecciona las momias
El comisario de la muestra, Daniel Antonine, del British Museum, apuntó que la tecnología utilizada ha permitido captar múltiples capas en estos enterramientos y, a la vez, transmitirlas en modelos tridimensionales muy precisos. “Nunca se había desenvuelto previamente una momia”, recalcó.
Unas momias que, además, están “intactas”, al igual que multitud de papiros hallados en Egipto, gracias a las técnicas de con
260
Las momias se exhiben junto a algunos de sus sarcófagos y más de 260 objetos encontrados en sus tumbas y yacimientos. servación utilizadas y al clima seco de la zona, que han llegado incluso a mantener hasta hoy restos orgánicos de pan o frutos que se colocaban en las tumbas, algo que sería “imposible” en Europa.
Frente a la anterior exposición Faraón. Rey de Egipto, exhibida en CaixaForum Zaragoza en 2021, la actual propone algo “más íntimo” y más centrado en los individuos, no sólo en lo relacionado con las tradiciones funerarias, sino con sus propias vidas.
Eso sí, siguen siendo personas pertenecientes a la élite ya que eran quienes se podían permitir el costoso embalsamamiento y la momificación.
Según la otra comisaria, Marie Vandenbeusch, pese a trasladar al visitante a una civilización “muy diferente”, se demuestra que eran personas con “los mismos problemas” y “las mismas alegrías”.
En los diferentes espacios de la exposición, se pueden ver las momias, sus sarcófagos, los objetos hallados en su sepultura y una pantalla que disecciona digitalmente estos cuerpos para comprender mejor estos ritos.
Ameniryirt
La primera de ellas, Ameniryirt, un funcionario de Tebas encargado de los ingresos, que data de la Dinastía XXVI, en torno al 600 antes de Cristo, aparece con unas inscripciones que revelan que trabajaba en los dominios de la divina adoratriz de Amón.
Al supervisar unos demonios de enorme riqueza, esto lo situaba en una posición de poder, lo que se confirma con la esmerada conservación de su cuerpo. La tomografía demuestra que medía unos 164 centímetros, el desgaste de las articulaciones de su pelvis indica que tenía entre 35 y 49 años cuando murió y también se ha descubierto que padecía un cáncer extendido a los huesos, además de sufrir una enfermedad cardiovascular, otra dental y una lesión en la columna. ●