Una “inversión” que no lo es ni para el país ni para las personas
Por primera vez, un año acaba con más compras de pisos a tocateja que con hipoteca, en lo que es un traslado del ahorro que excluye a personas de la vivienda
HUESCA.- Comprar una casa a tocateja no es lo habitual. O al menos no lo era hasta el año pasado, cuando más de la mitad de las adquisiciones de vivienda en la provincia fueron al contado, sin hipoteca. Fue el primer año en el que esto pasó en la provincia de Huesca, con 3.107 compras de viviendas y solo 1.462 hipotecas sobre viviendas. Es decir, el 53 por ciento de las adquisiciones de pisos fue al contado. Una tendencia que crece desde hace años -con la excepción de 2020, primer año de pandemiay que también se da en el conjunto del país.
“Es un claro indicador, aunque no haya estudios que lo demuestran de forma irrefutable, de que muchas compras no son para vivir”, sino como “forma de ahorro”, pero “no de inversión en el sentido de aumentar la capacidad productiva del país”, afirma Jorge Bielsa, profesor de Macroeconomía de la Universidad de Zaragoza.
Y hay dos grandes perjudicados en este cambio de tendencia. En primer lugar, están las personas con salarios medios o bajos, “totalmente excluidos” de poder comprar una vivienda para vivir, asevera Jorge Bielsa.
Y esta afirmación se ve respaldada por otros datos. Por una parte, están los del INE (Instituto Nacional de Estadística), que cifran en un 6,3 por ciento la caída el año pasado en la compraventa de viviendas en la provincia. Otros estudios señalan que “el esfuerzo” para comprar una casa -los años que habría que destinar absolutamente todo el salario bruto, sin comer ni luz ni nada- se han incrementado a 5,1 años en Huesca (6,2 en España).
“Inversiones” que no mejoran la economía
El segundo damnificado es, directamente, todos porque no es otro que la zona en sí -ya sea provincia, comunidad o país-, ya que el dinero que se destina a comprar viviendas como forma de ahorro o para sacar rentabilidad “no se invierte en actividades que incrementen la capacidad productiva” ni el crecimiento de la nación, autonomía o provincia. Y es que, además, “la inmensa mayoría” de estas compras de vivienda para ahorro o “entre comillas inversión” son de segunda mano, precisa Bielsa.
“El ahorro no va a inversiones productivas nuevas”, insiste Bielsa.
El profesor de Macroeconomía entiende el punto de vista de quien tiene dinero suficiente y compra vivienda no para vivir, sino como ahorro o inversión personal. “Pierdo dinero con la inflación. ¿Dónde saco dinero? En la vivienda”, señala.
Pero lo que en un inicio es “una manera de guardar los ahorros”, puede conllevar a, como está sucediendo, a que “los precios se disparen”.
Y aquí también los datos respaldan su afirmación. Porque el índice de precios de vivienda del INE indica que el coste en Aragón -el dato no está provincializadose encareció el año pasado un 3,9 por ciento. El 2015 fue