Sobre la Ley Trans
tan cuidados especiales las plantas.
Cuando experimentamos una evolución y un crecimiento, tanto en los humanos como en los árboles, entramos de lleno en la educación. El árbol torcido de pequeño se endereza, los árboles jóvenes sufren grandes vientos y tempestades que la mano del hombre corrige si es necesario para un crecimiento recto y armonioso.
Por los niños, como padres responsables, estamos obligados a ser vigías permanentes en su crecimiento y en su comportamiento. Decía un profesor de psicología “hijos malcriados, hijos problemáticos e improductivos”. Pues la evolución de los hijos hay que saber dosificarla, han de vivir como niños, como adolescentes, como jóvenes y como adultos. Si modificamos el orden señalado, el resultado no será el adecuado. En los últimos días nos llegan noticias muy desagradables en referencia a las actitudes de los jóvenes que viven como si fueran adultos y de adultos sin proyecto de vida. Antonio Lasheras Bagüeste
Según informa la prensa un grupo de militares y policías se han inscrito en el registro como mujeres, al tiempo que han creado una asociación de trans no normativos. El presidente de la asociación, de nombre Juanjo, y otros compañeros, han ido al registro y se han inscrito como mujer. Han cambiado de género al tiempo que mantienen su nombre, sus atributos masculinos, sus parejas femeninas y demás condiciones de su actual estado civil. ¿Estamos ante un fraude? La respuesta es no. Y no lo es porque la ley no pone traba alguna a este proceder, pero es que tampoco puede ponerlo porque la autodeterminación se asienta en la creencia, en el sentimiento, y este es cambiante, fluido, varía en el tiempo. Poner trabas al sentimiento, a la creencia, sería limitar la libertad del individuo, la evolución de sus sentimientos, la misma posibilidad de autodeterminarse. Para poder autodeterminarse es imprescindible la libertad de modo permanente, pues si no tengo libertad no puedo autodeterminarme. Semejante dislate se imprimió en el articulado de una ley para