Todo listo para el Descenso de Navatas de la Galliguera
◎ El alto caudal del río Gállego marcará el XX aniversario el próximo 21 de abril ◎ Dos embarcaciones con 14 navateros recorrerán los ocho kilómetros fluviales
HUESCA.- Cómo ha cambiado la situación de un año para otro. En 2023, la sequía provocó uno de los descensos de navatas más complicados que se recuerdan en la Galliguera. A día de hoy, con un volumen de 55 hectómetros cúbicos por segundo, los altos niveles de agua registrados por el río Gállego prometen un poderoso XX aniversario del Descenso de Navatas.
“Las condiciones son perfectas”, sostuvo ayer Pedro Borau, presidente de la Asociación de Nabateros d’a Galliguera en la presentación de las Jornadas del Gállego en la Diputación Provincial de Huesca (DPH), incidiendo en que el reto este año estará en “saber leer el río”. “Cuando estás delante percibes las olas y siempre sabes que, cuando salen los “gallos”, hay tierra debajo. Se aprende a base de descensos”, remarcó el navatero sobre la técnica.
La jornada arrancará a las 11:00 horas en la playa del Molino de Murillo de Gállego. El recorrido previsto es de 8 kilómetros con llegada a las 13:00 horas al puente de Hierro de Santa Eulalia de Gállego. Durante el trayecto, Gaiters de Tierra Plana acompañarán con música a las dos navatas que bajarán, una de dos trampos y otra de tres.
“En la primera irán cinco navateros y en la segunda, nueve. Somos muchos, no todos podemos bajar todos porque la seguridad es lo primero”, señaló Borau.
Pese a ello, todos participaron en los preparativos de la jornada. A principios de febrero, se pulieron los troncos dejando un palo rígido. Luego se retorcieron manualmente para dejarlos flexibles, sin alambres ni cuerdas, todo con vegetales. Después se hicieron los nudos, que deben cambiarse cada año por seguridad porque los maderos son los mismos. El próximo sábado se “ahogarán” (echarán al agua) y se acoplarán entre ellas. A continuación se pondrán los remos y se dejarán atadas hasta el domingo. La construcción de las navadición tas ha podido conocerse en la última semana a través de actividades con la escuela navatera.
Historia
Esta manera de transportar la madera arrancaba en el Pirineo. Se barranqueaba por los afluentes y en Murillo se ataban para iniciar el descenso y vender la madera por los diferentes pueblos hasta Zaragoza y Tortosa, donde la industria naval hacía uso del material. Los navateros de entonces tardaban una semana en bajar y alrededor de un mes en volver a subir a pie. La técnica dejó de emplearse tras la llegada del ferrocarril y, pese a que la tra
se perdió, consiguió recuperarse gracias a los navateros de la zona de Sobrarbe.
Tal y como señaló la vicepresidenta segunda de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Celsa Rufas, se trata de “un oficio de nuestros ancestros duro y arriesgado que debemos poner en valor”, además de una propuesta turística “única” para disfrutar en familia de “nuestra provincia y nuestro paisaje”. También desde la Comarca de la Hoya, Domingo Monaj, consejero de Medio Ambiente, resaltó el “legado” de estos hombres y mujeres que se “jugaron la vida durante siglos” ante lo “desconocido”. ●