Hora de tener sangre fría
e Hidalgo sacó su último as de la manga, a Tresaco para buscar algo más de versatilidad por banda. Y le vino bien a un conjunto azulgrana que dio otra sensación en el tramo final, con el serrablés y Vallejo como armas más peligrosas. El andaluz provocó la segunda amarilla de Mouriño, lo que obligó al Zaragoza a jugar con uno menos desde el 85.
Ahí sí fue capaz el Huesca de encerrar al Zaragoza en su campo, pero el gol no llegó a pesar de sus acercamientos. Obeng se sacó un gran disparo con la zurda, pero Badía resolvió hasta el final.
Cualquier intento del Huesca fue neutralizado por un rival que sufrió realmente poco, y a ello se terminó sumando la expulsión de Sielva en el añadido.
Obeng volvió a tenerla poco después con un remate sin oposición, aunque no encontró puerta. Tras un par de acciones más, Barrera señaló el final, lo que mantiene al Huesca con 42 puntos en el casillero y en una lucha por la permanencia que está al rojo vivo. Duro varapalo del que tendrán que levantarse. ●
●●● Tras dos derrotas consecutivas, la SD Huesca debe demostrar en estas últimas seis jornadas que está capacitado para mantenerse fuera de los puestos de descenso. Por complicado que haya sido el tropiezo ante el Real Zaragoza, el momento de la temporada es tan decisivo que casi no hay tiempo para lamentarse, y es algo que el conjunto entrenado por Antonio Hidalgo deberá mostrar a partir de ahora en las seis finales que le quedan por delante. Los tropiezos ante Ferrol y Zaragoza invitan a seguir potenciando y corrigiendo los errores de un equipo al que le ha costado mucho lidiar con rivales de ritmo muy alto. Ahí tendrá que volver a mostrar el catalán que está capacitado de “limpiar las cabezas” de unos jugadores que han demostrado en la segunda vuelta ser capaces de revertir los malos momentos. ●
Cambios fallidos: