Diario La Grada

VeRmú y SIgUIeNTe RONDA

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l pasado domingo fusioné el partido contra el Logroñés con un vermú. No soy de esos que disfrutan viendo un partido en compañía ajena al fútbol. Bueno, puedo hacerlo, pero no me gusta. Mi mujer y mi hijo, más o menos, entienden que cuando veo según qué partidos soy menos accesible. Pero no vayáis a creer que me encierro en un cuarto a tomar notas. Ni mucho menos. Opino que la mayoría de partidos de fútbol de una liga en concreto son muy parecidos. Lo único que los diferencia entre sí es la afinidad que tengas por alguno de los equipos.

Reconozco que a menudo veo partidos con el único deseo de ver perder a algún equipo. Sé que está feo. Sé que todos lo hacemos. Pero me da igual. El asunto es que el partido convivió entre olivas, cervezas, patatas fritas, frutos secos, queso y creo que butifarra. Tampoco os creáis que lo veía en una pantalla de televisión. Qué va. Lo puse en el móvil, en silencio, sobre el equipo de música, que está a medio metro de la mesa principal. De haber sido el partido a las 21h lo hubiera visto sin distraccio­nes, pero el domingo a las 14h es hora para la familia. El único día que mamá, papá y Kanaan tenemos como única obligación vernos las caras sin la rigidez de un horario. Cada uno a su bola, pero todos juntos.

El partido se puso de cara con el golazo de Raúl de Tomás. Creo que era la segunda ojeada al móvil (para que luego digan los foreros en YouTube que soy gafe). Seguía el partido con la tranquilid­ad (sin fundamento) de que iban a ganar fácil. Quizás, esa sensación fuese fruto de la mezcla de frutos secos y cerveza. Estábamos teniendo un vermú tranquilo. Apareció mi cuñado y se unió a la velada. Solo me preguntó una vez cuánto iban. 0-2. Su reacción fue poner cara de “es que tenéis que subir de calle”. Cuando volví a mirar el teléfono ya iban 0-3. En Google averigüé quién marcó el tercero, aunque ya no lo recuerdo. Podría averiguarl­o, pero esto no es un concurso de la tele y no hay premio.

Luego vino la Copa, aunque yo soy más de cerveza. Un par a la semana. Hay un eslogan que dice “La Copa mola”. Pues qué quieres que te diga. No mola nada. Y sin público menos. Y sin tener campeón de la pasada edición es un sinsentido. ¿A qué esperan? ¿A que haya público? ¿O a jugar en Arabia Saudí? Es curiosa mi aberración porque el último trofeo que gané fue la Copa del Rey juvenil. Merezco el Balón de Oro honorífico. También es el trofeo que más ha ganado el Espanyol. Sin embargo, me parece una competició­n que requiere de mucho esfuerzo para tan poco premio. Pero lo mejor fue ver que se puede jugar sin luz. Hay que tener voluntad para ver un partido con esa resolución en TV3. De hecho, si un vídeo de YouTube está a 360p lo dejo de ver. Ya te puedes imaginar qué hice con el partido de Copa. Siguiente ronda.

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