Un reCUrso neCesario
Este domingo se cierra un fatídico 2020 con un auténtico partidazo en el RCDE Stadium. La UD Almería es uno de los equipos más en forma y eficaces de LaLiga SmartBank, que además comparte ciertas similitudes futbolísticas con el RCD Espanyol y presenta perfiles interesantes en su plantilla. Pero llegados a este punto e independientemente del resultado del partido, que para la exigencia de los blanquiazules debería ser lo más cercano posible a la victoria para disipar por completo las dudas antes del parón y distanciarse un poco más en la clasificación, el primer tramo de competición nos deja un par de conclusiones que merece la pena comentar.
No todo es de color de rosa, lógicamente, aunque el trayecto del Espanyol está siendo de notable. Se percibe una evolución positiva en las últimas semanas, especialmente en el juego y tras la mala dinámica de resultados que encadenó el equipo de Vicente Moreno con Fuenlabrada, Girona y Leganés. Una reacción que no por exigida y necesaria deja de ser importante, sobre todo si tenemos en cuenta la relación con la presión que mantuvieron la pasada temporada la mayoría de estos jugadores. Así pues, era interesante comprobar la salud de la plantilla ante el primer ‘bache’ del curso, entre muchas comillas, en una temporada donde no se perdona ni se perdonará absolutamente nada. Y con razón, claro. La gestión de Vicente Moreno y la respuesta de los jugadores ha sido muy buena, consiguiendo visualizar escenarios positivos otra vez en los momentos de más incertidumbre. Esta es, sin duda, de las mejores noticias de la temporada. Saber que este equipo puede superar algo que hace no tanto parecía imposible y que ahora sabe gestionar mejor la(s) derrota(s).
La mejora en el juego del equipo responde, a parte de un paso firme e importante de algunos jugadores, a un recurso cada vez más habitual y que podría convertirse en discurso principal en un futuro no muy lejano. En el último mes, no han sido pocas las veces que Vicente Moreno ha cambiado la estructura del equipo en la segunda mitad, siempre que ha necesitado reaccionar para llevarse el partido. Una especie de 1-4-4-2 más dinámico y móvil que permite encajar mejor las piezas. Dos referencias arriba, normalmente Puado y RDT, bandas con libertad para ir dentro y atacar espacios, un medio centro creativo, otro para sostener y laterales anchos y profundos. Es, a groso modo, la manera con la que el Espanyol se ha sentido más cómodo en el terreno de juego. Un recurso necesario que podría ganar enteros si en el mercado de invierno llega otro delantero, un perfil también necesario para darle más soluciones a Vicente Moreno en determinados contextos, asumiendo que el papel de Keidi Bare se prevé suficiente para cubrir un centro del campo carente de recorrido.