ADIÓS A 365 DÍAS DE RESILIENCIA BLANQUIAZUL
El Espanyol dio la bienvenida con mucha ilusión a un 2020 que terminó con la entidad en Segunda división Despiden el año en un gran momento deportivo y con grandes cambios en la infraestructura
El año 2020 ha sido un año de contrastes para el Espanyol. Una carrera de 365 días que empezaron y se terminan con ilusión pero que por el camino ha habido momento de grandes desilusiones. Y fracasos. El mito egipcio del Ave Fénix relata la historia de un ave que representa el sol, el cual nace por la mañana y muere por la noche. Su rasgo más característico es la inmortalidad, gracias a su capacidad para resurgir cada día de entre sus cenizas. Fénix es una alegoría a la purificación; al cambio de lo antiguo por lo nuevo, a la superación personal, a la esperanza… Fénix es resiliencia, un término que debería tener Espanyol como sinónimo.
Enero empezó con ilusión. Con el estreno de Abelardo en el banquillo, el empate (2-2) en el derbi, los fichajes de Raúl de Tomás, Adri Embarba, Leandro Cabrera y Oier Olazabal –los 41 millones de euros son el desembolso más importante de la historia de la entidad en un mercado de fichajesy el triunfo en Villarreal (1-2), los pericos creyeron en la salvación.
En febrero, el equipo cayó eliminado en Copa del Rey ante la Real Sociedad en dieciseisavos de final. En la misma ronda, frente al Wolverhampton inglés, los espanyolistas sufrieron el mismo varapalo en Europa League. El equipo se deshinchó en LaLiga quedando a seis puntos de la permanencia tras la derrota en Pamplona. Y, con la primera plantilla concentrada en Navata durante el stage organizado en busca del milagro, llegaron los diez positivos por coronavirus -se conocieron los casos de Wu Lei, Leandro Cabrera y Matías Vargas, pero hasta ocho futbolistas del primer equipo sufrieron el virus-, la pandemia, el confinamiento y los entrenamientos en casa. Durante el confinamiento también hubo movimientos en los despachos y, uno de ellos, fue la destitución de Agustí Filomeno, director comercial y de marketing.
Se consuma la tragedia
El 7 de mayo, los blanquiazules retomaron la rutina de entrenamientos sobre el terreno de juego. Pero, antes de que el balón volviese a rodar en competición oficial el 13 de junio, la entidad también destituyó a Òscar Perarnau y Fran Navarro. Cuatro encuentros de liga después, Rufete se deshizo de Abelardo y asumió el mando de un equipo que certificó su descenso a Segunda división perdiendo el derbi ante el Barcelona en el Camp Nou.
Chen Yansheng, desde China, pidió perdón a la parroquia perica una vez consumado el descenso: “Quiero expresar mis más sinceras y profundas disculpas hacia la afición y los seguidores. Vuestra confianza, sentimiento y orgullo son la fuente de energía y el motor para que el Espanyol siga adelante. El club volverá a la máxima categoría, donde por historia merece estar. Esperamos la vuelta de un Espanyol mucha más fuerte”. A partir de ese día, y con José María Durán pilotando la nave, el Espanyol se puso a trabajar para regresar lo antes posible a la élite del fútbol español.
Objetivo claro: Primera Durante el mercado de fichajes llegó Vicente Moreno, primera y única opción para el banquillo. Se consiguió retener a todas las estrellas, se contrataron nuevos jugadores como Keidi Bare, Óscar Gil, Miguelón o Fran Mérida, se vendió a Marc Roca al Bayern Munich para cuadrar cuentas y se le abrió la puerta de salida a algunos veteranos. La entidad necesitaba sabia nueva, y qué mejor que un descenso para sanear la entidad por dentro y por fuera para volver a la máxima categoría más fuerte.
El curso 2020-21, que empezó a mediados de septiembre, lo hizo de manera notable. Los de Vicente Moreno sufrieron una única derrota en las primeras 11 jornadas, con un balance de ocho victorias y dos empates. Sin embargo, a mediados de noviembre los blanquiazules recibieron una cura de humildad encadenando tres partidos seguidos sin ganar sumando un punto de nueve. El equipo se situó cuarto en la tabla y los nervios florecieron entre la masa social.
Pero, desde entonces, el Espanyol enlazó seis victorias entre liga y Copa para recuperar el liderado -y posición de ascenso directo- y marcharse de vacaciones con los deberes hechos.
2020 ha sido un año de contrastes. 365 días que arrancaron con la mayor inversión económica de la historia, con el equipo en Primera, disputando competición europea y vivos en Copa. Pero que terminan -aunque con buen sabor de boca- con el equipo en Segunda batallando para regresar al lugar que le corresponde por historia y con muchos cambios estructurales debido al fracaso.