LO IMPORTANTE DE UN MENSAJE NO ES LO QUE DICES, SINO LO QUE QUIERES DECIR
Está claro que Embarba se equivoca y que usa una expresión errónea, que además se produce en el peor momento posible de la temporada; ya saben lo de la ley de Murphy, un clásico.
Tengan la total seguridad que el jugador, precisamente, lo que busca transmitir es todo lo contrario: él quiere decir que la plantilla está totalmente confiada en sus posibilidades de ascenso; tanto es así, que no están obsesionados mirando la clasificación jornada tras jornada.
Embarba se equivoca, sin más, aunque también creo que se equivoca quién lo saca de contexto, buscando un titular impactante y no analiza lo que el jugador está queriendo decir en realidad.
Los micrófonos no son el medio natural de los futbolistas y pocos son los que se expresan bien ante ellos. Precisamente las declaraciones suelen ser ‘encorsetadas’ y usando todos los tópicos posibles. Expresiones y conversaciones estudiadas donde se dice exclusivamente lo que el interlocutor quiere escuchar, pero de poco nivel sustancial. Y cuando suceden cosas como las de Embarba, entiendes por qué es así.
Todo esto hizo recordar unas declaraciones que en su momento hizo Osvaldo, en la previa de un derbi, donde en la rueda de prensa previa al partido un periodista le preguntó si no temían que el Barça pudiera llegar a pintarles la cara si salían muy enchufados, a lo que Osvaldo respondió que quizá éramos nosotros los que salíamos enchufados y éramos nosotros quién le pintábamos la cara al Barça. Al día siguiente los titulares en los medios culés eran: Osvaldo: “Vamos a pintarles la cara al Barça”…
Un titular, fuera de contexto, puede dar el sentido totalmente contrario a una frase y una expresión usando las mismas palabras. La diferencia es que parece que ya no necesitamos que sean los medios culés los que vengan a darnos la vuelta a las declaraciones de nuestros jugadores.
Tengamos cuidado, cada uno en su parcela, porque todo suma y todo puede restar y en lo que todos estaremos de acuerdo es que este año la trascendencia es máxima. No hay red para un ejercicio de funambulismo histórico como es el transito por la Segunda división, donde debemos conseguir el ascenso por absoluta obligación. Todo lo que sea distraernos de nuestro objetivo solamente servirá para poner palos en las ruedas y peso sobre nuestros hombros.