Diario La Grada

EL MILAGRO DE ANDUVA QUE AHORA SEA EN BLANQUIAZU­L

El Espanyol vuelve al campo del Mirandés nueve años después de vivir un gran ridículo copero Ese día un gol en el tiempo de descuento impidió que el Espanyol se metiera en la semifinal de Copa

- JORDI LUENGO BARCELONAA

El Espanyol vuelve a Anduva nueve años después de vivir una de sus noches más tristes en la Copa del Rey, y lo hace en uno de los peores momentos de la temporada. Con el equipo fuera de los puestos de ascenso directo, los espanyolis­tas necesitan volver a ganar y lavar su imagen. Pero este sábado visitan un campo de muy mal recuerdo; un feudo en el que no han sido capaces de ganar en las dos ocasiones que han jugado en Copa. En esa última visita, un tanto de Caneda en el tiempo de descuento impidió que el Espanyol se metiera en la semifinal de Copa.

Querer es poder

El encuentro en Miranda de Ebro nos remonta al 24 de enero de 2012, cuando estando en Segunda B el conjunto burgalés dejó al Espanyol en la cuneta. Desde el pitido inicial se palpó el dramatismo del enfrentami­ento en la búsqueda por acceder a la siguiente ronda. El Mirandés presionaba con arrojo, forzando los errores pericos. Ese día los de Pouso demostraro­n que los milagros existen si los persiguen y que, de vez en cuando, les pasan a equipos modestos que pese a tener inferiores presupuest­os, le ponen más ganas, tensión e ilusión sobre el verde. Y en esa ocasión, el Mirandés, que en la ida se dejó remontar un 0-2 en los últimos minutos, se clasificó por su fe inquebrant­able. Siempre creyó en sus posibilida­des. Ni cuando encajó el gol de Rui Fonte (0-1) en el primer minuto de la reanudació­n, y todo parecía perdido, dejó de soñar con el pase. Ese día, la fe de los jugadores y el calor de una grada que rugió como nunca resultaron decisivos. Se clasificó el que más arriesgó. El que más lo deseó de verdad. Y esas ganas locales se impusieron a un equipo que no estuvo fino y no tuvo mordiente.

El Espanyol apenas acaparó posesión y se perdía en la maraña de piernas del poblado medio campo burgalés. Tan solo un disparo lejano de Romaric demasiado alto inquietó los dominios del guardameta Nauzet. En la reanudació­n, el Espanyol encontró el gol en el primer minuto. Weiss se fue por la banda derecha hasta adentrarse en el área. Su disparo lo rechazó Nauzet y el balón cayó en las botas de Baena, quien lo devolvió al corazón del área, donde el portugués Rui Fonte remató cruzado al fondo de las mallas.

Pablo Infante, decisivo

Un mazazo que le ponía la clasificac­ión muy complicada al Mirandés. Hasta que apareció Pablo Infante. Desde la banda izquierda se fue hacia el centro para sacarse un latigazo que tras ser desviado por un defensa se coló en el fondo de las redes. Tenía el milagro a un solo gol. Alain y Lambarri tuvieron el segundo, pero Casilla lo evitó. Se sufría y en el descuento, un centro de Pablo Infante fue rematado por Caneda al fondo de las mallas. Proeza e invasión de campo. Los locales tocaban la gloria, mientras los pericos vivían un infierno. El Mirandés fue más valiente y ganó. Un claro aviso para este sábado.

Se salvaron en la ida

En esa eliminator­ia el Espanyol llegó vivo a la vuelta de milagro. En la ida, el marcador reflejaba un 0-2 en el minuto 83’. Los tantos de Alain y Pablo Infante les hacían soñar con acceder a las semifinale­s, pero todo quedó muy abierto en los últimos minutos cuando los goles de Weiss, Rui Fonte y Verdú permitiero­n darle la vuelta al marcador. Se salvaban por la campana, pero no fue suficiente.

GANARON POR 3-2 En la ida ya estuvieron cerca del ridículo, pero remontaron un partido que perdían por 0-2 en el 83’

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El equipo sufrió una de las decepcione­s más grandes de la época Pochettino. El Mirandés siempre creyó en la clasificac­ión.
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