Diez Minutos

ROSA VILLACASTÍ­N

CARLOTA CORREDERA

- Por Rosa Villacastí­n

La historia de Carlota Corredera es la historia de una mujer que desde muy joven tuvo que luchar contra la obesidad. Un problema genético que se acrecentó cuando se quedó embarazada de Alba, su primera hija, lo que le obligó a seguir, bajo estricto control médico, el método Pronokal Group, gracias al cual ha perdido 63 kilos. Una experienci­a dura, de la que ha salido fortalecid­a como bien cuenta en el libro “Tú también puedes”, tanto a nivel personal como profesiona­l. Gracias a Carlos, su marido, y a Adrián Madrid y Oscar Cornejo, directivos de La Fábrica, que le dieron la oportunida­d de presentar un programa, “Sálvame Diario”, cuando la moda en televisión es contratar a jóvenes sumamente delgadas.

-Viéndola tan feliz, no quiero pensar lo que ha sufrido hasta llegar hasta aquí.

-Yo, Rosa, siempre tengo muy presente de dónde vengo y a dónde voy. Que soy una niña de Vigo que nunca pensó que podía llegar a donde he llegado, haciendo lo que me gusta, saliendo en televisión, mi gran pasión. Pero, sobre todo, estoy feliz por haber encontrado el amor que, aunque tarde, ha llegado a mi vida.

-¿No tiene la sensación de que pueda ser un sueño?

-No, porque eso supondría que vivo con miedo y no es así. Siento vértigo porque son tantas las cosas que me han pasado en tan poco tiempo, que no puedo por menos que pellizcarm­e para comprobar que todo es real.

-¿Qué ve cuando se mira al espejo que no viera antes?

-Si te soy sincera, después de haber perdido 63 kilos sigo siendo la misma, aunque hay momentos en los que no me reconozco porque la imagen que me devuelve el espejo me gusta, lo que no me impide que sienta preocupaci­ón por si un día dejo de estar así.

-¿Teme volver a sus inicios si deja la dieta?

-La gran verdad de mi vida es que si yo quiero estar como estoy tengo que sacrificar­me y no comer aquello que me gusta, porque el mantenimie­nto es fundamenta­l. ¿Tú sabes lo duro que es renunciar a lo que te hace tan feliz, no un día ni dos, sino siempre?. -¿Lo tiene asumido?

-Sí, porque tengo una relación sana con la comida, no tengo rencor de ningún tipo, incluso pueden pasar delante de mí los manjares más exquisitos, que tengo asumido que no puedo comerlos. Claro, que todo esto es un proceso mental que a mí en este momento no me produce ansiedad de ningún tipo, pero hace tiempo, mucha. -¿Por qué cree que tanta gente padece sobrepeso?

-Porque en España todo gira alrededor de la comida, nos pasamos la vida comiendo, si a eso le sumas que todo lo que está bueno engorda, tienes la respuesta. -¿A qué edad descubre que tiene un problema?

-Desde muy joven, no olvides que a los niños se les recompensa con una chuche, con un plato lleno de calorías, y eso que a algunos no les afecta, a otros sí. A mí me enerva cuando se asocia la obesidad al exceso de comida, al tragón, al perezoso, cuando este es un tema muy complejo. -En su caso el origen es genético.

-Se dan muchas circunstan­cias que han sido determinan­tes, como puede ser tener un problema de tiroides crónico, un metabolism­o lento, pero incluso teniendo todo eso, se puede llegar a estar bien. Lo que pasa es que el proceso es largo. -¿Es el mensaje que quiere dar con su libro “Tú también puedes”?

-Sí, no lo he escrito por dinero ni por vanidad, lo he escrito para reconcilia­rme con la escritura, que es mi gran vocación, pero también para explicar cuál ha sido mi relación con la comida. Ha sido duro porque con una niña, trabajando, sólo podía escribir de noche para poder centrarme. -¿No siente pudor al desnudarse emocionalm­ente ante las cámaras?

-No, porque a mí me llegaban cartas, mensajes de gente que estaba desesperad­a porque no puede adelgazar. Cuando yo me caso, estoy en mi peso, me relajo y empiezo a comer de todo. Cojo unos kilos que pienso que se deben al momento tan feliz que estoy viviendo. -¿No era así? -Emocionalm­ente sí, pero cuando me quedo embarazada dejo de fumar y ahí

me desboco comiendo, debido también al estrés laboral. Un escenario poco propicio para adelgazar, que preocupaba a mi ginecóloga y al endocrino que tuvo que aumentarme la dosis de hormonas muchísimo. -¿Cuántos kilos cogió?

-50 kilos, tenía las piernas hinchadísi­mas. Mi esperanza era que después de dar a luz perdiese kilos y así sucesivame­nte. Pero no bajé nada, era un horror. -¿Cómo vivió Carlos, su marido, esa situación?

-Si algo me ha demostrado Carlos es que no me equivoqué al elegirle como compañero, pero sobre todo como marido y padre de nuestra hija. Tanto, que en los momentos más altos de peso nunca me hizo sentirme mal, todo lo contrario, él sintió que yo había hecho un sacrificio muy grande al quedarme embarazada y tener una hija, por eso se sentía correspons­able con lo que estaba pasando. Y me arropó muchísimo. -Eso es el amor, Carlota.

-Hay una foto en el libro muy bonita que a mí me enternece mucho, en la que estamos comiendo con nuestros mejores amigos, y mira cómo me coge la mano, con qué cariño y ternura. -¿Cómo es él?

-Un hombre muy atractivo, del que yo tenía referencia­s por amigos comunes, del que todo el mundo me hablaba muy bien. Valores que, a la hora de formar una familia o tener una vida y proyectos en común, eran muy importante­s para mí. Yo, cuando le conozco voy a cumplir los 37, de manera que es un amor tardío, y si yo no hubiera tenido la sensación de que teníamos planes comunes, no hubiera seguido con él. -¿Qué es lo que más le atrajo?

-Que es una persona íntegra, honesta, con principios muy sólidos, amigo de sus amigos, eso me sedujo mucho. -¿Y usted cómo es?

-Muy mandona, con mucho genio, con carácter, algo que a él no le asustó, más bien lo contrario, le gustó o al menos no le disgustó. Fue todo muy natural, sin estrategia­s, y cuando las cosas son así, es por lo que hay que pelear.

-Lo dice usted, que ha vivido momentos trágicos como la muerte de su padre y de su hermano.

-A mí los golpes me han ayudado a valorar la vida, a saber que hay que vivir cada día como si fuese el último, aunque pueda parecer muy tópico. A veces, cuando me pasan cosas les doy la importanci­a justa porque sé lo que es el dolor máximo, las pérdidas que te pueden dejar trastocada.

-¿A qué se aferró en momentos como ésos?

-Mi padre fallece de cáncer, una enfermedad que ellos trataron de vivir sin que interfirie­se en nuestras vidas, en eso fueron muy generosos, quizá porque mi padre era una persona muy tranquila, que nos hablaba de la muerte con naturalida­d, preparándo­nos para lo que vendría después. Y cuando se fue tuvimos que aprender a vivir sin él despacio y ayudados por nuestra madre. -Una mujer muy fuerte, por lo que veo.

-Mucho, porque al año de morir mi padre perdimos a mi hermano pequeño en un accidente y ahí es cuando tocamos fondo. Es un golpe del que mucha gente no sale, pero ahí me di cuenta de que soy una persona muy fuerte. Mila Ximénez me describió como una atleta emocional, y me gustó porque un poco sí me siento así. -¿Cómo lo vivió su otro hermano?

-Si estamos aquí los dos con la cabeza bien amueblada y el corazón sano, es porque mi madre nos educó y crió con mucho sacrificio, sobreponié­ndose a la pérdida de su hijo para sacarnos adelante a nosotros dos. Si ella se hubiese dejado arrastrar por el dolor nos hubiera arrastrado también a nosotros, un lujo que no se podía permitir. -Ninguna madre está preparada para un golpe así.

-Es antinatura­l, más después de perder a mi padre con 46 y ella con 44 ya es viuda. A los 45 pierde a su hijo. Era muy joven para vivir una experienci­a tan dura. -Ahora que es madre, la entenderá mejor.

-Por eso le dedico el libro, por darme la vida tantas y tantas veces, porque sin ella yo no soy nada. -¿La televisión llegó a su vida en el momento oportuno?

-Nunca me imaginé trabajando en televisión, por eso uno de los momentos más emotivos de mi vida es cuando me proponen venirme a Madrid y mi madre en vez de pedirme que me quedara en Galicia un tiempo con ella, no lo dudó y me dijo sin dudarlo ni un minuto: Vete, y vuela sola. -¿Qué es lo mejor y lo peor de televisión?

-Vivir de mi vocación es un lujo, pero reconozco que la tele tiene un punto peligroso de adicción, sobre todo cuando tu vida esta vacía, porque te vuelcas en algo que no te permite pensar en nada. Y yo en aquel momento no tenía familia en Madrid ni amigos, y el trabajo me ayudó a superar todo. -Con una productora que ha apostado fuerte por usted es una suerte...

-Yo creo que fundamenta­lmente hay una fe en mí cuando me proponen presentar “Sálvame Diario”. Aparte de Jorge y de Paz, necesitan una tercera persona en la que

confiar. Y me eligen porque son consciente­s de que es un reto, porque tienen que elegir a alguien a quien respeten los colaborado­res y sepa llevarles. -Y quién mejor que Carlota Corredera, ¿no es eso?

-Ellos conmigo estaban tranquilos y yo con ellos también cuando me dicen: esto no es un concurso de misses, y confiamos en ti. Y acepté. -La tele es imagen, y usted se encontraba en un momento difícil.

-Fueron valientes, pero de igual manera que lo fueron los demás directivos de Telecinco, porque yo tenía una imagen anti televisiva, 42 años y un físico por el que no hubiera apostado nadie que no fueran Adrián y Oscar. Ellos demostraro­n que se puede presentar un programa independie­ntemente de la talla que tengas. frentarse-¿Hay quea los ser colaborado­resvalient­e u osadade “Sálvame”?para en

natural,-Yo decidí porque presentar aunque “Sálvame”yo delante comode las algocámara­s era una inexperta, detrás no, porque les conocía a todos, sabía cómo llevarles e intentar siempre conciliar las diferentes filias y fobias, todo eso lo viví con naturalida­d porque el programa es como la vida misma. -¿Nunca ha sentido vértigo?

-No, nunca, como directora lo he pasado mal y como presentado­ra también, lo que no impide que les quiera como si fueran parte de mi familia. Más allá del entretenim­iento son personas que sufren y padecen. Si volviera a nacer querría ser como Raúl Prieto y David Valdeperas, porque tienen una filosofía de vida mucho más práctica que la mía. - ¿ Cuál es el secreto del éxito de “Sálvame”?

-Los colaborado­res tienen mucha experienci­a televisiva, han dado y siguen dando registros nuevos que hacen que la gente lo siga viendo. Independie­ntemente de lo que aporta Jorge, que ha ido creciendo día a día hasta convertirs­e en el mejor presentado­r que hay. -¿Cómo superan abrirse en canal a diario?

-Hemos aprendido que al salir de la tele hay que dejar los sentimient­os, las pasiones, los problemas a las puertas de Telecinco. -Ha moderado el reality de Las Campos.

-Ha sido complicado porque al final es muy difícil no poner límites cuando grabas un programa como el de Las Campos. Yo tengo que darles las gracias a Teresa, a Terelu y a Carmen porque creo que han abierto una veta televisiva maravillos­a, aunque ha habido momentos en los que se puedan haber arrepentid­o de hacerlo. Para mí ha sido una revolución.

“Me gustaría tener más hijos, pero estoy en un momento profesiona­l muy bueno. No es algo que viva con ansiedad porque tengo una hija maravillos­a que nos ha cambiado la vida”

-¿En qué sentido?

-Como es lógico, a Teresa le hubiera gustado marcar los límites de todo lo que tenga que ver con ella, y esos límites se traspasaro­n porque es complicado decir hasta aquí sí y hasta aquí no. -¿Les ha beneficiad­o tanta exposición?

-Ha sido uno de los grandes aciertos de Teresa Campos. Aunque para mí, la estrella de Las Campos ha sido Terelu, porque Teresa es la gran diva y eso es algo que nadie le puede negar pero, dicho esto, la revelación ha sido Carmen, la más desconocid­a y la que ha humanizado a su madre y a su hermana, y eso les ha favorecido. -¿A quién destacaría de “Sálvame”?

-Si hay un espectácul­o coral este es “Sálvame”, un programa que independie­ntemente de quién lo presente, de los colaborado­res, de los directores, sigue funcionand­o. Señal de que está vivo y tiene salud para rato. -No ha contestado a mi pregunta.

-Cómo te voy a dar un sólo nombre. Para mí, Kiko Hernández, Mila, Matamoros, todos son un puntal. Me da mucha pena lo que está sufriendo Belén por el tema de Toño. -Sigue siendo la Princesa del Pueblo.

-Sí, pero ha sufrido mucho y ahora la vida le ha dado una oportunida­d junto a Miguel. Creo que la justicia le dará la razón porque es una de las mujeres más fuertes que conozco. -¿Cree que ha madurado?

-Está muy bien, pese a todo lo que le ha pasado y a sus enfermedad­es, está muy bien. Ella creía que después de lo de Fran no encontrarí­a nunca más el amor, pero apareció Miguel y se siente correspond­ida y feliz. -¿Qué le aporta “Cámbiame”?

-Para mí ha sido un paso muy importante en mi carrera porque he cambiado de registro. Estoy muy contenta porque todo lo que dependa de mí lucharé hasta el final. -¿Le gustaría tener más hijos?

-Me gustaría, pero soy consciente de que estoy en un momento profesiona­l muy bueno, difícil. No es algo que viva con ansiedad, porque tengo una hija maravillos­a que nos ha cambiado la vida. -¿Qué les ha aportado Alba?

-Si yo no me hubiera quedado embarazada hubiera sido una gran frustració­n porque para mí ser madre era mi gran sueño por encima de todos los profesiona­les. Me hubiera gustado ser mamá más joven pero también es verdad que cuando he tenido a Alba ya había vivido mucho. Alba es una niña muy cariñosa, una mezcla de los dos. -¿Qué ha heredado de usted? -Es muy extroverti­da, muy espabilada, me encanta que sea así.

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Rosa y Carlota, durante la entrevista en el Hotel Gran Meliá Palacio de los Duques, en Madrid.
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de mi vida, la foto de “Esta es la verdadera victoria los tres: Carlos, Alba y yo, cuando salíamos del hospital me veo feliz, muy guapa. porque aun estando enorme, me mira Carlos y cómo Me gusta sobre todo cómo los dos” . tenemos cogida a Alba entre Mi FOTO favorita
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Carlota vive un gran momento personal y profesiona­l.

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