TOÑO INTENTÓ UN ACUERDO CON BELÉN PARA NO LLEGAR A JUICIO
Y continuó: “Nos hubiera gustado ir pero, ¿para qué? ¿Para pasar un mal rato?”, argumentó en “El programa de Ana Rosa”. Allí también dio su versión sobre lo que había pasado en la sala: “Me han dicho mis abogados que ha ido bien, dentro de lo esperado. Así que, cuidado porque puede haber sorpresas…” Además, el colaborador continuó: “Cuando acabe el juicio y yo pueda explicarme, la gente lo entenderá todo mucho mejor. A mí se me ha hecho un juicio criminal desde una productora y un programa. Y se ha extendido a lo personal y a lo familiar. Eso no se lo deseo a nadie. Es inhumano. Durante todo este tiempo se me ha puesto casi de terrorista…”
Le pide 503.000 euros
Toño también habló de las mencionadas comisiones: “Se ha cobrado lo que estaba estipulado. Y nunca ha habido queja”, dijo.
En la sala también se habló de la falsificación de varias firmas en cuentas de Belén. Firmas de ella y de su hermano Cuqui, él era administrador único de una de sus sociedades. “Ella presenta un perito calígrafo, que es de parte, esto hay que aclararlo, y este perito dice que las firmas no son de ella, pero en ningún caso dice que son mías. Esas cuentas son de una sociedad en la que está su hermano…”, soltó Sanchís. A esto apostilló Rossi: “En las conclusiones, los abogados de Toño dicen que en todo caso es Belén quien le debe dinero a Sanchís. Unos 47.000 euros.”
“A Lorena y a mí nos hubiera gustado ir, pero ¿para qué? ¿Para pasar un mal rato y alimentar el circo?”
Al juicio, que duró dos horas y media, acudieron los representantes legales de ambas partes, los economistas y también algunos testigos solicitados por la parte de Belén, como Agustín Etienne y María José, empleados de Lorant, la empresa de Toño Sanchís, cuya administradora única es su esposa, Lorena. De hecho, es a ella a quien le corresponde toda la responsabilidad civil que se desprenda del juicio. Después podría llegar la penal por culpa de esas firmas falsificadas que ha determinado un perito caligráfico. Belén le pide a la empresa 503.000 euros, además de los 372.000 que Toño le abonó cuando saltó el escándalo. Un dineral… Quizás por eso, los abogados de Toño intentaron llegar a un acuerdo con los de Belén apenas una semana antes de que se celebrara el juicio.