Diez Minutos

ROSA VILLACASTÍ­N

MARÍA PATIÑO

- Por Rosa Villacastí­n

En la distancia corta, María Patiño no tiene nada que ver con la imagen que proyecta en televisión. Tranquila y relajada, disfruta hablando de su profesión, de sus compañeros, de los famosos. No es tan explícita cuando se le pregunta por su vida privada, porque considera que es una parcela que le pertenece, aunque finalmente lo hace porque nada tiene que ocultar, dedicada como vive, a la televisión y a su familia.

Madre de un joven que roza la mayoría de edad, le preocupa y mucho el mundo al que tendrá que enfrentars­e su hijo. Preocupaci­ón que comparte con Ricardo, el hombre que le ha dado la estabilida­d que toda mujer y profesiona­l necesita para desempeñar su trabajo casi a tiempo completo.

-Me consta su empeño en separar a la periodista del personaje. ¿Lo ha conseguido?

-Nunca lo he planeado pero sí recuerdo, cuando hace 10 años aparecí en la portada de una revista con Ricardo, la sorpresa que me llevé, porque yo en esa época era colaborado­ra, no presentaba ningún programa, que es la disculpa que solemos poner para hablar de nuestra vida privada. Lo que sí tengo claro, es lo que no quiero hacer o decir. -¿Por educación? -Segurament­e, porque aunque mi padre era militar nos educó con una gran libertad. Yo tengo mis normas, por ejemplo: no acepto viajes o reportajes pagados, tampoco cobro para hablar de mi vida privada. En ese sentido soy muy estricta. Es verdad que he tenido la suerte de trabajar durante muchos años de manera continuada, lo que me ha permitido no tener que recurrir a ese tipo de cosas para salir adelante. -Presume de ser autoexigen­te. -Lo soy mucho, aunque en este sentido me he liberado bastante, incluso me perdono muchas más cosas que antes no me perdonaba. Todo, porque no puedo olvidar mi profesión y cómo la ejerzo, con pasión.

terminadas­Y, claro, si cosasyo criticono puedoa alguien caer poren lo hacer mismo,deporque perdería toda mi credibilid­ad. -Han dejado de señalarle como la niña de la vena hinchada.

-La pérdida de mis padres ha supuesto un cambio muy grande en mi vida, sobre todo la de mi padre, porque he tenido que afrontar situacione­s que nunca pensé que me tocaría vivir. Y lo he hecho con una entereza que no pensé que tenía, convirtién­dome de la noche a la mañana en la mayor de mi familia. -¿No será que ha madurado?

-Estoy segura, aunque haya sido de una manera tardía y por una circunstan­cia tan dolorosa. Ten en cuenta que yo siempre he sido una niña súper protegida, en mi casa y en la tele, y eso me ha resultado cómodo en alguna ocasión, pero en otras me ha impedido comportarm­e como la persona adulta que era. -¿Y eso le condiciona?

-Sí, ahora me siento más segura, incluso delante de la cámara. A mucha gente le sorprender­á saber que soy hiper tímida detrás de la cámara, y muy loca cuando estoy delante. Una dualidad que forma parte de mi personalid­ad. - ¿ Entre s us retos estaba presentar “Deluxe”?

-No me lo había planteado, de verdad, porque en ese sentido la profesión me ha ido sorprendie­ndo, gratamente, todo hay que decirlo, y si a este tren me subí fue porque sabía que no iba a hacer el ridículo. Ya me lo habían propuesto y no lo acepté porque no estaba preparada, aunque no voy a negarte que me costó tiempo asumir que era presentado­ra. -¿Cómo se siente al otro lado de la barrera?

-Me fascina mandar, al menos en el tipo de programas que presento, donde puedo hacer una entrevista y puedo replicar de manera inmediata al invitado, algo que no puedes hacer cuando hay cinco colaborado­res más. -¿El poder es adictivo?

-El poder engancha, lo que no impide que, después, cuando vuelve Jorge Javier, yo regrese a mi sitio natural. Pero cuesta, segurament­e porque me han permitido marcar mi propia línea editorial y eso es muy gratifican­te. -¿Reconoce que sin atacar la gente cuenta más cosas? -Eso es cierto, si atacas se ponen a la defensiva, pero en televisión prima el espectácul­o. -¿Algún personaje se le ha resistido?

-Una persona que es simpática, educada, agradable, pero que la miro y no la encuentro, me refiero a Ivonne Reyes. Nunca he sabido si sufre, es feliz, qué siente, si padece o no. - ¿ La cl ave está en el relato de s u maternidad?

-Yo he tenido dudas porque no la he visto clara en estos años, y porque siempre ha llevado el proceso de cara a los medios. Sobre quién es el padre de su hijo no me cabe ninguna duda, porque así lo ha dictaminad­o el Tribunal Supremo. Reconozco que es un tema muy complejo. Culpa de Pepe Navarro por no hacerse la prueba de paternidad, lo que -Incomprens­iblenos ha descentrad­oen una los asunto periodista­s.tan serio.

creo -Sí, que por detrássus cambiosde todo de esto opinión,hay unay vengan-porque za que contraes donde Ivonne está o la algo verdad que de desconocem­os,esta historia. y zar -¿Siguecon los creyendo famosos? que no hay que simpati

-Sí, pero no es fácil. Cuando empiezas sí te puedes mantener alejada pero con el paso del tiempo no, porque tenemos nuestras debilidade­s, incluso con gente que no es íntima. -¿Cómo vive la orfandad?

-Recuerdo que cuando murió la madre de Ana Rosa, ella escribió sobre esto en la revista AR. Es un sentimient­o muy profundo que hoy mismo he sentido cuando he levantado el teléfono para llamar a mis padres. Me ocurre con frecuencia, hasta que me doy cuenta que nunca más volveré a hablar con ellos. -Le ha tocado ejercer de cabeza de familia.

-Yo, por mi trabajo, voy poco a Sevilla y por carácter soy poco cariñosa. Cuando me dan besos o abrazos me pongo a sudar porque me cuesta mucho responder de la misma manera, en ese sentido soy consciente de que ahora, al no estar mis padres, tengo que esforzarme más en expresar lo que siento. -¿Qué recuerda de sus padres?

-De mi madre, que era muy luchadora, no soportaba las injusticia­s, y de mi padre que era la persona más decente que he conocido. Totalmente diferentes, en política y en la forma de entender la vida. -¿Qué consejos le dieron que no olvida?

-Puede sonar a tópico pero que fuera buena tía, y mi padre que teniendo un trabajo que me gustaba tanto, disfrutase y fuera feliz. -¿Lo es?

-Sí, he aprendido a desconecta­r, a disfrutar cuando me voy con mi chico unos días a la playa o a cualquier sitio, sobre todo he aprendido a relajarme y a expresar lo que siento, que siempre me ha costado mucho. -¿Y a pedir perdón?

amor -Me propioha ocurridono he sido muchas capaz vecesde pedir que per-por dón.de que Unas había veces hecho porque daño, no y he otras sido porque consciente me resulta difícil...

-Peca de justiciera.

-Un poco sí, aunque ni quiero ser Don Quijote ni ejercer de Don Quijote. Entre otras razones, porque nadie me ha encargado esa misión. -¿Siente el cariño de la gente?

-Sí claro, a veces Terelu me dice: María, en la vida ni todo es blanco ni todo es negro. Pero cuando estás en el fragor de la batalla televisiva es difícil hacerse esas reflexione­s. -¿Cómo sería un reality Patiño?

-No lo sé porque no lo voy a hacer, aunque me lo propusiero­n en una ocasión. No lo voy a hacer por varias razones: porque soy muy vulnerable a las críticas. Al tener tanto amor propio me fastidiarí­a dar explicacio­nes sobre lo que hago o dejo de hacer. Y porque entraría en una dinámica que no me apetece entrar, vivo muy bien así. -¿A qué tipo de mujeres admira?

-A Concha Velasco, no sólo porque sea una gran actriz, sino porque en una etapa difícil de su vida decidió venir al programa y yo me sentía incapaz de atacarla. -¿Por respeto?

-Sobre todo por eso, y porque ha hecho frente a las dificultad­es de la vida sin ocultarlo ni perder la dignidad. -¿A qué se debe que estén de moda los colaborado­res de “Sálvame”?

-Imagino que porque a los lectores les gusta saber qué hacemos, cómo vivimos, y porque vende más una portada con Makoke que una de Carolina de Mónaco. - ¿ Tanta e xposici ón no les resta credibilid­ad?

-Es mi único miedo, aunque creo que es algo que han tenido que plantearse los editores. Esa pregunta me la hice cuando Carmen Bazán fue portada de ¡Hola! y de esto hace ya 15 años. Una portada que marcó un antes y un después de las revistas, como cuando en televisión Belinda y Chapis presentaro­n “Qué me dices”. -¿No se puede poner puertas al campo?

-Yo echo de menos que políticos, escritores vayan a determinad­os programas donde se les pueda preguntar de todo. -¿Quién se le ha ido vivito y coleando...?

-Carmen Martínez Bordiú. La primera vez que la entrevisté pensé que siendo nieta de Franco y con una vida tan interesant­e, me contaría cosas que pudieran interesar al espectador. No fue así o no supe llegar a ella. -¿Qué haría de no ejercer el Periodismo?

-Es algo que no he pensado, bueno me lo he planteado pero me da vértigo… Es verdad que soy una hormiguita pero no para poder vivir sin trabajar. -¿Qué le gustaría dejar a su hijo? -Que tenga éxito o no, no me preocupa,

sí guste.me gustaría Muchas que veces trabajaral­e cuento en mi algo experien-que le cia,en un yo momentono soy periodista­se me encendió vocacional, la peroluz, empecé profesión Periodismo­según iba estudiando­y me enamoréla carrera.de la -¿Ocurre-Sí, hay noviosigua­l en de el los amor? que te enamoras nada durante más el verlos, noviazgo,y otroso no. que Con te los enamoras estudios o hay las que profesione­s pensarlo ocurre mucho igual. antes Es de algo decidir-que te. Mi hijo está en ésas ahora. -¿Hay -Claro vida que fuerasí. Me de gusta “Sálvame”?hacer deporte, ver televisión, pasear con mi hijo, leer, el último libro me lo regaló Alberto Maeso, “El desorden que dejas”, de Carlos Montero. Lo que menos me gusta es hacer vida social. -¿Amor y felicidad en su caso van unidos?

-Desde que conozco a Ricardo sí. Llevamos muchos años de pareja estable porque son muchas las cosas positivas que me aporta. Él es lo que yo siempre he soñado que debía ser mi pareja. -¿Cómo es Ricardo?

-Todo lo contrario que yo. Le resta importanci­a a cualquier drama, algo que me viene muy bien, porque si los dos fuéramos iguales sería la bomba. Sabe escuchar, y eso es una virtud que no todo el mundo practica. -¿Algo que no le gusta de él?

-Que no se inmuta por nada, que es a la vez lo que más me gusta. Me encanta porque tiene muy buen carácter. -¿Cómo están viviendo lo de Venezuela?

-Mal, porque sus amigos le envían imágenes todas las mañanas, pero dentro de lo mal que lo está pasando la gente, Ricardo ha conseguido traer a su familia a Madrid. Su mayor obsesión era traer a su madre y a su hermano y ha podido cumplirlo. -¿Se están adaptando bien?

-Partir de cero no es bueno para nadie, yo lo sé bien porque a Ricardo le conocí en Sevilla, pero cuando me vine a Madrid se quiso venir conmigo, fue muy valiente. Yo no sé si sería capaz, porque adaptarte es duro. -¿Qué le aporta Ricardo siendo de otro país y otra cultura?

-Muchas cosas, porque lo que ocurre en Venezuela yo lo conozco de primera mano no a través de los telediario­s. Que en un país tan rico la gente no tenga para comer ni para vivir es tremendo. Todo eso que me ha enseñado Ricardo me ha servido para ampliar la visión que yo tengo de la vida. ENTREVISTA REALIZADA EN EL HOTEL VILLA MAGNA. Pº DE LA CASTELLANA, 22. MADRID. FOTOS REALIZADAS EN TELECINCO

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Rosa y María, durante la entrevista, en el Hotel Villa Magna de Madrid.

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