Mª José Campanario no consigue levantar cabeza
La odontólga ha cerrado inesperadamente su cuenta de Instagram y se recupera en casa de una nueva crisis de fibromialgia.
Hace sólo unas semanas reconocía que tenía muchos motivos para ser feliz, pero lo cierto es que Campanario sigue sin remontar. ¿Su última decisión? Cerrar de manera inesperada su cuenta de Instagram, una de sus grandes vías de escape y donde contaba su lucha diaria contra la fibromialgia.
María José, de 38 años, decidió abandonar la red social tras las críticas recibidas por publicar un vídeo donde defendía a la hija de su marido, Andrea, víctima de insultos por parte de sus seguidores.
Encerrada en casa
La decisión de cerrar su cuenta, según ella temporalmente, ha sorprendido a todos: la odontóloga llegó a subir hasta cinco fotos al día, un comportamiento que parecía responder a una necesidad vital de comunicarse con el mundo exterior. Al parecer, piensa reabrirla pero sólo con el fin de subir contenidos de ayuda a los enfermos de fibromialgia.
Parece que María José Campanario está atravesando el momento más difícil de su vida. Su marido explicó que sigue de baja, después de lo que luchó para conseguir un trabajo, y también confirmó que aplazan su reboda. Tenían previsto renovar sus votos el próximo 15 de julio, pero la ceremonia tendrá que esperar. “María José tiene que recuperarse de su última crisis, por eso dejamos la celebración”, ha dicho él.
En un año, Campanario ha tenido que ser ingresada en cinco ocasiones. La última vez fue el pasado mes de mayo, y permaneció en el hospital veinte días, más un mes de convalecencia. “Tengo que ingresar cuando ya no puedo soportar el dolor de mil cuchillos clavándose sobre mi cuerpo. Es una enfermedad difícil de detectar y más difícil de comprender ”, explicó la odontóloga después de dejar el hospital.
Ahora se trata en casa
María José asegura que lleva doce años luchando contra la fibromialgia, una enfermedad que provoca cansancio intenso y fuertes dolores musculares, aunque no fue hasta 2016 cuando saltaron las alarmas. Ahora se encuentra en casa intentando recuperarse de una nueva crisis. “Todavía no está bien”, aseguró el diestro. Campanario está probando un tratamiento nuevo y todos los días cuenta con la ayuda de un fisioterapeuta que le alivia en estos duros momentos. También se desplazan hasta su casa un médico y un enfermero para conseguir paliar el dolor. Habrá que esperar para ver cómo evoluciona.
“INGRESO CUANDO NO SOPORTO EL DOLOR DE MIL CUCHILLOS”