Isabel Allende ‘‘Estoy muy feliz. Enamorarse a los 75 es un milagro”
La última vez que entrevisté a Isabel Allende fue hace tres años. Me pareció una mujer fascinante, luchadora, sin dobleces, leal, tratándose como se trataba de la escritora más famosa de habla hispana. Me habló de su marido, el escritor Willie Gordon, con quien llevaba entonces 26 años casada. Lo hacía con cariño y respeto, quizá por eso mi sorpresa fue mayor cuando un año después leí que se habían divorciado. No había terceras personas, pero quizá el drama se había instalado en la vida de la pareja sin que ninguno pudiera evitarlo.
De nuevo en Madrid para presentar su última novela, “Más allá del invierno”, volvemos a vernos, y qué me encuentro: a una mujer nueva, feliz, más delgada, igual de inteligente, pero con una luz especial en la mirada. Me dice que se ha enamorado a sus 75 años de edad, lo que le parece un milagro, y lo es porque le ha devuelto la ilusión perdida y las ganas de seguir soñando. -Viene con un nuevo libro, ¿qué lo diferencia de los anteriores, Isabel?
-A mí me ocurre algo curioso. Del libro que empiezo al que tú tienes en tus manos, nada tiene que ver, porque por el camino se han quedado personajes, situaciones, en ese caso el protagonista es una mezcla de mi hermano Juan, que es profesor universitario, y de un amigo, ambos gente atormentada y maravillosa. -Su propia vida es una novela. -He escrito dos libros biográficos, uno sobre la enfermedad y muerte de mi hija Paula, después del cual le prometí a mi hijo Nicolás que nunca más volvería a escribir sobre la familia porque tiene terror a aparecer en los medios. Le entiendo porque he explotado mucho los temas personales.
-¿Qué ocurrió para romper con Willie, tras 27 años de casada?
-A Willie le quise mucho, y tratamos de salvar nuestra relación, pero le ocurrieron tragedias que le marcaron mucho. Se le murieron dos hijos, el menor al que adoraba y del que descubrió su verdadera personalidad cuando muere de una sobredosis. Si al drama de perder a un hijo le añades que llevaba una doble vida de la que nada sabía, el resultado es que se sintió estafado, engañado, y se deprimió hasta el punto de que no hablaba con nadie. -¿Eso afectó a su convivencia de pareja?
-Definitivamente. Un día estábamos en terapia y me dijo: Isabel, yo no puedo darte lo que tú necesitas, sé que pides poco pero ni eso puedo dártelo. Y yo le contesté: en ese caso tendremos que separarnos. Fue así como pusimos fin a nuestro matrimonio. -Qué difícil situación para ambos.
-Claro, porque me di cuenta de que no había manera de arreglarlo, no se trataba de una pelea o un desencuentro entre nosotros sino de algo más profundo. Yo me quedé con la casa donde vivíamos y él se marchó. Pero finalmente la vendí, y me compré otra más pequeña, donde vivo con mi perro. -¿Alguna vez pensó que el amor llamaría de nuevo a su puerta?
-A esta edad, tengo casi 75, esas cosas no se piensan por varias razones. Llevas una enorme carga a tus espaldas y una vida pública que es complicada de asumir. -Pero ocurrió. -Así es, el destino, Rosa, me tenía preparada esta sorpresa. -¿Le han dicho que tiene “baraka” (suerte)?
-Ja, ja, puede ser pero te insisto, que estas cosas pasen a mi edad es muy difícil, yo al menos no lo esperaba. A los 60 todavía es posible enamorarse pero, a los 75, muchas de las personas que configuraban mi vida se han ido. Yo tengo la suerte de que mis padres viven los dos, que soy libre y hago lo que quiero, pero empezar una nueva vida no es fácil. -¿Cómo es él?
-Trabaja de abogado en una firma importante de Nueva York, tiene una casa grande donde crió y educó a sus hijos, que está vendiendo para venirse a vivir conmigo. Se lo ha comunicado a sus hijos y les ha parecido bien. Vamos a ver cómo nos va. -¿Por qué les va a ir mal?
-Vamos a hacer el esfuerzo porque ninguno de los dos tiene nada que perder, pero si nos fuera mal, bueno, no pasa nada. Este es un regalo del cielo, que por el solo hecho de estar enamorados ya lo es.
“Sólo pido que me cuiden y me mimen”
-¿No creerá que la convivencia es la tumba del amor?
-No, pero sí es importante que cada uno tenga su espacio, pero sobre todo es fundamental no vivir pendiente de las pequeñas manías, eso a mí me va a costar mucho porque soy súper ordenada. Tendré que aprender a dejar pasar esas tonterías porque qué importa que los zapatos estén tirados, lo importante es tomárselo con sentido del humor. El humor es fundamental en la pareja. -Sinceramente, ¿qué le atrae de este hombre?
-Que está pendiente de mí, que me mima. Él está totalmente engañado porque todo lo que hago le parece maravilloso. Fíjate que me encuentra preciosa. A veces pienso si no estará loco o era mucha la necesidad que tenía por encontrar una mujer de la que enamorarse. -¿No cree que merece felicidad?
-Sí porque nunca me habían cuidado tanto, incluso la forma en la que me encontró es de novela. Un día me escuchó hablar por la radio, buscó el correo de mi oficina y envió un mensaje, así un día y otro, hasta que le contesté. Me contó que era viudo, que su vida se limitaba de la oficina a casa y de casa a la oficina. Así empezó todo. -¡Menudo guión tiene entre manos!
-Sí porque los correos eran diarios pero muy respetuosos, tanto que me acostumbré a leerlos y ya me levantaba pensando qué me diría esa mañana. Al principio me negaba a admitir que me gustaba porque me daba vergüenza, pero cuando ya nos conocimos supe que había un sentimiento mutuo muy fuerte. Yo no quiero que me protejan porque ya me protejo yo, sólo pido que me cuiden y me mimen.
“A mi ex marido, Willie, le quise mucho, y tratamos de salvar nuestra relación, pero le ocurrieron tragedias que le marcaron mucho, como la muerte de dos hijos”
¿No estará pensando en abandonar la escritura?
-No, no, pero sí voy a ir prescindiendo de aquellas cosas que no son necesarias. Y a él le encanta salir de compras, cocinar… Menos mal porque en mi casa sólo hay manzanas y peras. Yo apenas como. -Ha llegado el momento de disfrutar. -Estoy muy feliz, Rosa, lo que me está pasando es un milagro.
“No entiendo que las mujeres hayan votado a Trump”
-¿No será republicano?
-¡Qué dices! Es lo primero que le pregunté. La sola idea de que hubiera podido votar por Trump hubiera arruinado la relación. -¿Qué ha pasado para que un personaje como éste gane las elecciones?
-Bueno, personajes como éste existen en todas partes, en Francia, en Italia, en Inglaterra, pero no ganan y eso es producto de la ignorancia, de la crisis de valores, de muchas cosas que mezcladas hacen que fenómenos como el populismo triunfen. Trump encarna a una clase blanca que no ha conseguido hacer realidad el sueño americano y eso les crea frustración y culpan a todo aquel que tienen a mano. -¿Cómo es posible que las mujeres le hayan votado?
-No lo entiendo porque desprecia a las mujeres, a todas, no sé qué pueden estar pensando, después de que en la campaña se demostrase su xenofobia, su racismo, sentimientos que están latentes en la sociedad, por eso le votaron. -Sin embargo son las mujeres las más activas contra sus políticas.
-Porque somos las que más tenemos que perder. En Estados Unidos existe el aborto libre como en España y ahora están tratando por todos los medios anular una ley que favorece que las mujeres puedan abortar en clínicas y no en lugares siniestros, donde su vida corre peligro. -¿Es una forma de castigar a los que menos tienen?
-Por supuesto, los que tienen dinero siempre encuentran lugares donde abortar. Te sorprenderá saber que en Estados Unidos no hay guarderías infantiles gratuitas ni permiso maternal pagado, en cambio en las Fuerzas Armadas a los hombres les cubren la viagra y a las mujeres la píldora anticonceptiva. -Hay un debate sobre la gestación subrogada. -¿Por qué? P.-Porque es una utilización de la mujer. R.-Mi nuera no podía tener hijos y lo intentaron con los tratamientos de fertilidad, pero no resultó. No le veo nada malo a la gestación subrogada, ¿por qué va a serlo? Si puedes donar tus óvulos o tu semen, ¿por qué no la gestación subrogada? Lo que no impide que piense lo duro que debe ser llevar en tu vientre un niño o una niña durante nueve meses, y después entregárselo a otra persona. Pero hay gente que lo hace. -¿Le parece inmoral? -No, para nada, sí creo que debe estar regulado como el aborto. -La veo muy activa, ¿lo es?
-Por supuesto que sí, salvo los jóvenes que pasan de todo, la sociedad norteamericana se está reorganizando, les están plantando cara a quienes intentan poner en cuestión los valores de la democracia. - ¿ No ha pensando en meterse en política?
-No por Dios, en primer lugar no serviría, no tengo capacidad para eso, habiendo como hay tanta gente que lo hace bien. Yo nunca he tenido participación política más allá de la que pueda tener cualquier persona que está atenta a lo que ocurre en la sociedad.
“Siempre he estado alejada de mis nietos”
-¿Cómo va la Fundación en memoria de su hija Paula?
-De ella se ocupa mi nuera, que es la encargada de ayudar a mujeres inmigrantes. Teníamos muchos programas pero con la llegada de Trump hemos priorizado temas como la violencia de género, la independencia económica o la educación. -Tiene cuatro nietos. ¿Siguen sus pasos?
-No, la única que parecía que tenía aptitudes está haciendo un postgrado en psicología y a la otra le gusta el senderismo, y por ahí anda con su novio y una mochila descubriendo mundo. -Para los jóvenes disfrutar de la vida es prioritario.
-Sí, yo a la edad de Nicole ya tenía dos hijos y ella anda caminando por ahí y otro que tiene un estupendo trabajo, muy bien remunerado, dice que se va a ir seis meses a conocer mundo… -¿Se siente cómoda como abuela?
-Sí, pero yo de mis nietos siempre he estado alejada porque viven en otros estados, lo que me impide estar continuamente a su lado. Ahora estoy tratando de recuperarlos a través de las redes sociales, pero físicamente no les veo tanto como quisiera.