ÁNGEL ANTONIO HERRERA
Esta semana cumple... 38
Patricia Conde tiene algo de Brigitte Bardot de Valladolid, y acaso éste sea uno de los méritos que la tienen siempre ahí, aunque no sabemos en redondo si es presentadora, monada, actriz o qué. Acaso, todo junto. Ante gentes tan versátiles, es fácil perderse. En cualquier caso, hoy, tenemos claro que es una guapaza nacional que cumple 38 el 5 de octubre. Y le deseamos felicidad.
Patricia consta, así en síntesis, de estampa dorada, un rato en la tele, y luego un pasado de marido, Carlos Seguí, con el que se casó, en Mallorca, para luego entrar en la trifulca de juzgados, donde no cuajó su mejor papel, la verdad. Echó a rodar el divorcio, y hubo pólvora de desacuerdo, en fin.
Patricia, a veces, fue inquisidora de la prensa de tele, desde un plató de mediodía, pero luego ella ha practicado el exhibicionismo de portada y el escaparatismo de la propia biografía. Lo mismo procede no tomársela en serio, pero a veces cuesta, porque ella sí se toma en serio a sí misma, aunque ejerza de cómica, o precisamente por eso. A mí me gusta mucho, pero la vengo viendo en tantas cosas diversas que no sé exactamente cuál es su empleo mejor, o primero. Igual hace chistes que hace anun- cios, reportajes o libros. Igual anuncia un champú que va al juzgado por aquel jaleo del divorcio, ya citado, con niño de por medio. En aquella época, Patricia iba de mamá del hijo de un padre al que adornó de malos tratos psicológicos. Pero meses antes divulgaba que su separación había sido “de mutuo acuerdo”. Yo sospecho que ella sabe que en lo público de todo aquel jaleo familiar no estuvo del todo fina.
Nos gusta más recordar que fue compañera de Dani Martín y de Carlos Moyá. No hace mucho tuvo mucha sintonía con Ernesto Sevilla, y aquello duró cuatro meses, noche arriba, noche abajo.
Patricia Conde ‘‘ Que siga tomándose el humor muy en serio’’